Hace casi un año atrás Giles fue presidencial, más exactamente la localidad de Azcuénaga. Muchos (entre los que me incluyo) llegamos a la rápida conclusión que el nuevo gobierno estaba mirando para nuestros pagos, es que en cinco meses de gestión por segunda vez íbamos a tener a Mauricio Macri pisando suelo gilense.La primera de las visitas se dio ni más ni menos que en el segundo día de Gobierno. Las demoras en la Autovía 7 de la gestión kirchnerista fueron una oportunidad para Macri. El flamante Jefe de Estado fue a la obra, precisamente al límite entre Luján y Giles; con micrófono en mano anunció la reactivación del 15% que restaba completar y el compromiso de llegar a Junín en los plazos establecidos. Muchos vecinos aprovecharon la oportunidad para darle su apoyo a Mauricio, que tras la asunción decidió salir de la rosada con mensajes de esperanza.Unos meses después otra vez el ganador de los comicios 2015 pensó en Giles como su destino. Acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal, el intendente Carlos Puglelli y otros funcionarios de alto rango aterrizó su helicóptero el 15 de mayo en Azcuénaga para encender el nodo de Arsat, la pata tecnológica más importante de la Argentina en el Día Mundial de Internet. Con un importante operativo de seguridad las calles se poblaron de dirigentes políticos, empresarios locales, medios de comunicación y seguidores del líder de Cambiemos.El anuncio Bajo la consigna “en Argentina no va a haber más asimetrías” y que en su gobierno “no quiere un argentino que tenga menos oportunidades que otro”, Mauricio anunció el Plan Federal de Internet que extendería la red federal de fibra óptica hasta 1.200 localidades del interior del país. Además anunció que próximamente el Gobierno nacional lanzaría el Plan País Digital, impulsado por el ministerio de Modernización, que en una primera etapa garantizaría Wi-Fi público y gratuito en más de 1000 municipios de todo el país.En su discurso, Macri precisó que “uno de cada tres argentinos no accede a Internet de calidad, lo cual representa una situación de injusticia”, y destacó que el plan lanzado llegaría en dos años “a tener acceso a banda ancha de calidad para 29 millones de argentinos”. Para lograr los objetivos estipulados usarían la infraestructura de Arsat, la red de fibra óptica que construyó el gobierno de Cristina Kirchner en el último lustro como parte del plan Argentina Conectada.El tendido de la red de Arsat cuenta con 35.000 km de extensión y casi la mitad está “iluminada”, como se describe a la parte de la red que está operativa. El Plan estipula una inversión de 4.350 millones de pesos en dos años. Para realizar la iniciación del programa el gobierno recurrió a la empresa local proveedora de internet, que se encargó de realizar las conexiones necesarias con sus propios elementos, para que el nodo se pueda encender en la escuela de la localidad (en el patio de la misma habló Macri).Este plan no entregaría internet gratis a los hogares, sino que tiene previsto distribuir el ancho de banda a las empresas que se encargan de suministrarlo en el sitio a un costo más económico. Sólo en los espacios públicos estaba estipulado montar sistemas que permitan entregar wifi libre.Un año despuésA pesar de ser un acto de índole nacional, teniendo en cuenta que la presentación del Plan Federal abarca mucho más que a nuestra región, Macri se encargó de localizar su discurso. Dijo que en el lugar existía una “débil conexión” y hasta citó una experiencia con una vecina de la localidad. Es decir, habló de posibilidades de cambio con la aplicación del programa en Azcuénaga.Un año después del acto oficial las cosas no cambiaron demasiado, las palabras se las llevó el viento. Más que una “puesta en marcha” fue una “puesta en escena”. Según pudo averiguar Infociudad el equipo instalado en la escuela ni siquiera corresponde a Arsat, es del proveedor que lo hizo funcionar. Si bien en el establecimiento educativo se usa esa bajada, en el resto de la localidad la tecnología está en desuso.¿Qué hace falta para que funcione? Principalmente que el Estado por intermedio de Arsat defina que política utilizará para administrar la fibra óptica, es decir, a quien le venderá el servicio para que lo distribuya en el pueblo y con qué condiciones. Hoy los vecinos que tienen internet lo hacen a través del proveedor local que ofrece un sistema por aire garantizando un funcionamiento adecuado. Si se cumple con la idea original los costos podrían bajar para aquellos que vivan en esas zonas siguiendo el manual del Estado (El precio del mega llega en algunos casos a US$ 250, así sucede en localidades como San Genaro; en Santa María de Catamarca US$ 120 o en Sunchales US$ 180. En el caso de Arsat el promedio del mega estará en US$ 25).A pesar que pasó un año y no hay avances Mauricio Macri aún está en plazo. Cuándo anunció el encendido del nodo habló de dos años para su total funcionamiento en el territorio argentino. Aunque llama la atención que la “iluminación” en Azcuénaga haya sido algo simbólico, es decir, ni siquiera fue el puntapié inicial para cumplir con la conectividad garantizada en el discurso. La luz en Giles sólo se prendió por un rato. Conectar Igualdad al “caer”El lanzamiento del Plan Federal y el deseo de que las asimetrías en la Argentinas desaparezcan tienen una pata que debe estar firme para su cumplimiento: el programa conectar igualdad. Más de 5 millones de alumnos llegaron a la computadora del Estado, siendo esta en muchos casos la primera en los grupos familiares. La ecuación es sencilla: sin computadoras ¿Internet para qué?El discurso del Plan es auspicioso pero el accionar del gobierno de Mauricio Macri no lo acompaña del todo. En 2016 se entregaron sólo 100 mil de las 600 mil computadoras estipuladas. En varios lugares el programa de conectividad estudiantil para las instituciones públicas no aparece. En Giles precisamente no se entregó ni una máquina.Desde la oposición denuncian un desmantelamiento, mientras que desde el oficialismo lo siguen anunciando, de hecho lo señalan como una de las pocas cosas que “estuvieron bien” del kirchnerismo. La última semana Marcos Peña aseguró que el gobierno actual compra las máquinas 200 dólares más baratas. Bajando los aranceles a la importación de insumos las empresas debieron adecuarse a un nuevo valor para ser competitivas. Luego de una ola de despidos en las ensambladoras nacionales de tecnología, Macri arregló comprar un 90% en nuestro país y un 10% en el exterior. Aunque todavía, claro está, no compró. O no llegaron.