Durante las últimas semanas, la organización Generación Zoe cobró una gran relevancia tanto por sus promesas de riqueza instantánea como por la lluvia de denuncias que recibió. A través de su página web, esta compañía ofrece cursos de coaching, liderazgo y paquetes educativos en materia de inversiones financieras y promete asegurar una renta en dólares para todos aquellos que firmen un contrato en dólares por los servicios de coaching ontológico, espiritual y educación financiera.

De esta manera, un inversionista puede aportar unos dos mil dólares, que serán retenidos durante un año, mientras recibe un 7,5% en dólares por una supuesta rentabilidad. Si la persona incorpora a otros inversionistas, la ganancia crece.

Por otro lado, la compañia también vende su propia Criptomoneda, que también funciona como una estafa piramidal. En diálogo con el diario Perfil, el presidente de la Fundación Córdoba Bitcoin, Andrés Salamone explicó: “Es un holding que actúa enmascarado en marketing y ofreciendo paquetes de educación financiera y coaching, pero es una estafa piramidal. Van incorporando gente para que invierta en un activo, en este caso una criptomoneda llamada Zoe Cash que tendría respaldo en oro. Aducen que entregan una ganancia mensual del 7% en dólares y en algunos casos más. El aporte que se hace, supongamos, US$ 10 mil dólares, se bloquea por seis meses o un año. Pero la estafa es simple porque el porcentaje que dicen que te dan es parte de lo que uno puso antes, no es una ganancia en sí. Como cualquier estafa piramidal te están pagando con el mismo dinero que ingresaste. A su vez te piden que ingreses a más personas para aumentar tus ganancias. Esto se acaba cuando alguien quiere retirarse y no puede sacar su dinero o cuando muchos quieren retirarse y no hay nuevos aportantes y el dinero se agota“.

A la par, se le suma el hecho de que la criptomoneda Zoe se vendía en una sola exchange – casa de cambio de criptomonedas – que actualmente no funciona. Es decir, quienes compraron ahora no pueden revender. El único lugar en donde estas criptomonedas pueden usarse es en un local de comidas rápidas, perteneciente a la Organización Zoe, Zoe Burger.

Y a esto se le suma el hecho de que hay sospechas sobre el supuesto respaldo en oro. Es que el CEO de la empresa, Leonardo Cositorto, dijo que había comprado una mina jujeña, para luego contradecirse y sostener que en realidad la mina quedaba en San Juan.

Además, se suma la denuncia de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que en octubre del año pasado ya le exigió a la empresa y a su dueño el cese inmediato de las operaciones ya que ninguna de las partes están registradas y autorizadas para operar en la oferta pública de valores negociables -algo obligatorio-.

Las primeras oficinas de la empresa fueron establecidas en Córdoba. Sin embargo, Cositorto ya llevó a Zoe a Capital Federal y a otros países de la región como Paraguay y Colombia. Por este motivo, las alertas son cada vez más enfáticas, dado que en el momento en el que dejen de aparecer inversores, todo el sistema caerá y los aportantes correrán el riesgo de perder todo lo invertido.