Con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, conmemorado el 2 de abril, nos proponemos conocer y comprender un poco más sobre este trastorno que sufren muchas personas, en su mayoría niños, y también exponer la valorable y determinante tarea que desarrollan en particular dos profesionales gilenses junto a ellos.Según la Organización Mundial de la Salud, el
autismo es “una afección que se encuentra dentro de un grupo de complejos trastornos del desarrollo cerebral conocido como trastornos del espectro autista (TEA)”. Estos se caracterizan por dificultades en la comunicación y la interacción social y por un repertorio de intereses y actividades restringido y repetitivo. El autismo afecta principalmente a los niños, con independencia de su sexo, raza o condición socioeconómica.Las causas que contribuyen a que aparezcan trastornos del espectro autista no están del todo claras, aunque sí se sabe que prevalecen factores genéticos y ambientales. Se estima que alrededor del 25% de los casos diagnosticados de TEA tienen un origen puramente genético. En cuanto a los agentes medioambientales que interfieren, la contaminación por productos químicos está a la orden del día.El autismo se puede diagnosticar formalmente a los 3 años, aunque hay nuevas investigaciones que creen que es posible hacerlo a los 6 meses. Cualquiera sea la edad en que se haga el diagnóstico, es muy importante que el tratamiento sea desde un principio y con la ayuda de profesionales. Aún no se llegó a una cura total del trastorno, pero las investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno educativo apropiado, por lo menos por dos años durante la etapa preescolar, puede tener mejoras significativas para muchos niños pequeños con trastornos del espectro autista.En San Andrés de Giles hay muchos profesionales que día a día trabajan con niños y niñas autistas. Tal es el caso de
Agustina Archiópoli y de
Jeremías Guida, dos jóvenes de la localidad que ponen su conocimiento y su dedicación al servicio de los chicos con esta afección.Jeremías es Profesor de Educación Especial y hace cinco años que trabaja con niños en el nivel inicial y en la primaria. Actualmente realiza integraciones escolares de niños de 6 años en escuelas “comunes”. Asegura que lo que lo motivó a hacer el Profesorado fue que desde chico sentía ganas de ayudar a las personas con discapacidad: “me fastidiaba mucho si era testigo de una situación de discriminación, no lograba entender cómo algunos sectores de la sociedad no brindaban los espacios necesarios para ellos”, cuenta a
InfoCiudad.Agustina, por su parte, es Psicóloga y siempre le interesó la idea de la inclusión de niños con algún tipo de discapacidad o restricción cognitiva, conductual o motora en la Escuela Regular. “A través de un centro de integraciones en el que me anoté es que estoy trabajando con un niño de 3 años con diagnóstico de TEA en un Jardín, en Caballito (CABA)”.El trato para con los chicos autistas es muy importante y por eso cuentan con profesionales y guías como Guida, quien asegura que “ante todo son personas, por eso es de igual a igual, como en cualquier interacción que se pueda dar en la vida cotidiana”. Pero, agrega, también hay estrategias que favorecen la relación, como crear ambientes estructurados y tranquilos (apartados de estímulos sensoriales), hablar con tono bajo, pausado y de forma sencilla, entre otras. Para Archiópoli, “lo importante en este tipo de trabajo es la inclusión, tanto en las actividades propuestas por las maestras como en algún otro tipo de actividad, siempre respetando el tiempo y el espacio del niño para que pueda procesar la información que le están queriendo transmitir”. La psicóloga gilense también asegura que es muy importante fomentar las relaciones con los compañeros del niño. Además, expresa que “hay que trabajar mucho desde la intuición y el amor, hay momentos en donde es necesario un vínculo de más proximidad y otras veces hay que alejarse, ya que necesitan su espacio personal”.Uno de los dilemas que existe en la sociedad es el prejuicio y la discriminación hacia las personas que padecen el trastorno de espectro autista. Jeremías, que día a día lo presencia, sostiene que “todavía existen situaciones discriminatorias, pero por suerte cada vez son menos”. Y atribuye esas situaciones a la falta de información que hay en las personas: “creo que aún falta recorrer un largo camino; uno ve que hay información incorrecta o mitos sobre el autismo que ya es hora de que sean derribados. Hoy en día se brindan conferencias, charlas, seminarios, abiertos a todo público, también las redes sociales acercan gran cantidad de información, aunque no siempre acertada”. La situación de Agustina es diferente, al menos en su ámbito laboral, ya que en el jardín donde trabaja “no hay discriminación ni prejuicios porque son niños muy chicos y no todos pueden detectar que hay un compañero con este tipo de trastorno”.Jeremías es uno de los tantos profesionales que trabajan y ayudan a chicos autistas. Él brinda todo su conocimiento, su dedicación y su amor a ellos, pero expresa que siempre algo recibe como recompensa. Y no precisamente algo material, sino todo lo contrario: “todos los días me dan una lección distinta; valoro que nunca bajen los brazos, que disfruten como nadie de lo obtenido y que sigan esforzándose para alcanzar las metas propuestas”.Por último, Agustina y Jeremías dejan un mensaje para la sociedad que, si lo cumplimos, seguramente nos vamos a sentir mejores personas y, sobre todo, vamos a hacer que las personas con autismo se sientan más integradas. “El conocimiento es muy importante para una plena inclusión de las personas con discapacidad. Nosotros como sociedad debemos dejar de ser barrera y tenemos que brindar los espacios propicios para poder lograr esa comunidad por la que trabajamos día a día”.
CLAVES PARA ENTENDER LOS TEA- 1 de cada 68 niños nace con TEA.
- Se presenta 4 veces más en los varones que en mujeres.
- En la Argentina afecta entre 400 mil y 800 mil personas.
- Se manifiestan de modo diferente en cada persona, por lo que hay tantos tipos de autismo como personas que lo presentan.
- Se calcula que más del 80% de los adultos con autismo están desempleados.