En Giles hay algunos apellidos que son sinónimos de profesiones. Pensar en la familia Lobo, significa acordarse de la imprenta que durante años ha permitido plasmar en papel lo que se proyectó en las mentes gilenses.“La imprenta empezó en el 92 como un emprendimiento de mi papá” detalla Leandro, quien hoy está a cargo de la empresa familiar. “Yo estaba siempre ahí metido, jugando entre las máquinas“. Cuando terminó el secundario, Leandro empezó a estudiar Artes Gráficas, teniendo como objetivo a futuro quedar al frente del negocio.Sin embargo, en 2003 fallecería su padre y se vería obligado a abandonar la Capital Federal para asumir el liderazgo del emprendimiento. “Todo esto pasó después de la crisis del 2001-2002, entonces costó un montón. Pero la gente de Giles siempre nos apoyó. No tengo más que palabras de agradecimiento porque siempre nos brindaron la oportunidad de trabajar“.Si bien la imprenta empezó dedicándose al rubro comercial, imprimiendo talonarios y planillas, con el tiempo diversificaron su trabajo y entre otras tareas, se dedicaron a ser propulsores del arte local. “Hicimos muchos libros de escritores locales. De hecho hemos trabajado con Graciela León, por ejemplo, y también con Atilio Latorre, para su libro sobre la historia del Hogar Jorge Coll“. Y confiesa: “Yo le doy mucha importancia a ese tipo de proyectos porque me gusta que la gente pueda plasmar sus conocimientos, ya que es lo que nos va a quedar a futuro. Siempre priorizamos que el proyecto se pueda concretar“.El taller de Leandro Lobo, cuna de libros de autores como Graciela León y José RochaEl papel en la era de la virtualidadEl crecimiento de la tecnología tuvo como contracara el decaimiento del uso de los talonarios. Fue así que la empresa debió reconvertirse y empezar a trabajar también con otros sectores y materiales. Igualmente, Leandro sostiene: “Creo que todavía el papel tiene una relevancia en la sociedad. Por ejemplo, fijate lo que pasa con los e – books. Cuando salieron, se dijo que era el fin de los libros, y sin embargo la gente todavía prefiere el libro“.El arte del oficio“Es un trabajo muy artístico” comenta. “Es algo muy fino, que requiere mucha atención. Cuando uno toma un diseño, empieza un proceso que es muy difícil. Por ejemplo, para alcanzar ciertos colores tenemos que imprimir muchas veces y si en el medio se te aflojó un tornillo de la máquina, te quedó todo el trabajo arruinado. Requiere mucha concentración“. Pero más allá del esfuerzo que conlleva cada trabajo, cuando el cansancio gana terreno, la pasión aparece como combustible: “Me apasiona este trabajo, es algo que me encanta. Tal es así, que por ahí pasás a las dos de la mañana y yo sigo acá trabajando“.Es esa pasión la que permitió que a pesar de las modificaciones en la industria y el comercio, la imprenta siga vigente. Actualmente, Leandro trabaja junto a su madre y continúa con el proyecto de su padre. En Giles hay algunos apellidos que son sinónimos de profesiones. Para los Lobo, la profesión es sinónimo de familia.