Ciudad
1 de cada 100 personas es celíaca
- Redacción Infociudad
Por Ailín Lennard.
La celiaquía es considerada como la enfermedad intestinal más frecuente. Se produce como resultado de una intolerancia inmunológica al gluten, proteína presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). Esto genera una inflamación que afecta las vellosidades del intestino y disminuye la absorción de los nutrientes provenientes de los alimentos. Hoy en día, 1 de cada 100 habitantes en nuestro país padece esta anomalía, que es de índole hereditario y permanente. La gilense Emilia Valor, diagnosticada como celíaca el pasado noviembre, señala que entre los síntomas que permitieron detectar su enfermedad se encontraban “vómitos, dolor de cabeza y diarrea después de comer”. Luego de realizarse análisis de sangre y una endoscopia, corroboró el diagnóstico. Anteriormente ella destaca que ingería cualquier tipo de alimentos en forma normal. “Uno puede tener cierta predisposición genética que hace que la enfermedad se despierte en cualquier momento de la vida. Hay muchas personas que son celíacas, pero que no tienen síntomas y entonces desconocen su condición”, recalca la joven.En relación a nuestra comunidad, Emilia señala que todavía falta bastante para que formemos una sociedad consciente acerca de lo que es la celiaquía y cómo responder ante las necesidades e inclusión de las personas con esta patología. “En Giles hay muy pocas opciones de locales que ofrecen productos para celíacos y los precios son muy caros: un paquete de fideos cuesta $65, medio kilo de pan rallado sale alrededor de $80 pesos y un paquete de galletitas, $60, por ejemplo”. Se trata de una enfermedad cara y desconocida para muchos”, remarca Emilia.En cuanto a las legislaciones vigentes, cabe señalar que existe una ley que estipula de interés general la atención médica de la celiaquía, su difusión y el acceso a los alimentos libres de gluten. A su vez -y de acuerdo a estas normativas- las obras sociales deberían garantizar la cobertuda del 70% de la diferencia del costo de productos sin TACC, respecto de aquellos que poseen gluten. Sin embargo, esto no se cumple. “Todos los supermercados tendrían que contar con alimentos libres de TACC, como así también, las estaciones de servicio y restaurantes, pero esto no se refleja en la realidad. En cuanto a las obras sociales, algunas cubren los estudios de celiaquía, como IOMA, pero otras no”, cuenta la joven gilense.Resulta claro que aún queda mucho camino por recorrer en lo inherente a la conquista de derechos de las personas celíacas, con el objeto de que reciban un correcto tratamiento, tengan el correcto acceso a alimentos y sean incluidos en una sociedad consciente.
La celiaquía es considerada como la enfermedad intestinal más frecuente. Se produce como resultado de una intolerancia inmunológica al gluten, proteína presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). Esto genera una inflamación que afecta las vellosidades del intestino y disminuye la absorción de los nutrientes provenientes de los alimentos. Hoy en día, 1 de cada 100 habitantes en nuestro país padece esta anomalía, que es de índole hereditario y permanente. La gilense Emilia Valor, diagnosticada como celíaca el pasado noviembre, señala que entre los síntomas que permitieron detectar su enfermedad se encontraban “vómitos, dolor de cabeza y diarrea después de comer”. Luego de realizarse análisis de sangre y una endoscopia, corroboró el diagnóstico. Anteriormente ella destaca que ingería cualquier tipo de alimentos en forma normal. “Uno puede tener cierta predisposición genética que hace que la enfermedad se despierte en cualquier momento de la vida. Hay muchas personas que son celíacas, pero que no tienen síntomas y entonces desconocen su condición”, recalca la joven.En relación a nuestra comunidad, Emilia señala que todavía falta bastante para que formemos una sociedad consciente acerca de lo que es la celiaquía y cómo responder ante las necesidades e inclusión de las personas con esta patología. “En Giles hay muy pocas opciones de locales que ofrecen productos para celíacos y los precios son muy caros: un paquete de fideos cuesta $65, medio kilo de pan rallado sale alrededor de $80 pesos y un paquete de galletitas, $60, por ejemplo”. Se trata de una enfermedad cara y desconocida para muchos”, remarca Emilia.En cuanto a las legislaciones vigentes, cabe señalar que existe una ley que estipula de interés general la atención médica de la celiaquía, su difusión y el acceso a los alimentos libres de gluten. A su vez -y de acuerdo a estas normativas- las obras sociales deberían garantizar la cobertuda del 70% de la diferencia del costo de productos sin TACC, respecto de aquellos que poseen gluten. Sin embargo, esto no se cumple. “Todos los supermercados tendrían que contar con alimentos libres de TACC, como así también, las estaciones de servicio y restaurantes, pero esto no se refleja en la realidad. En cuanto a las obras sociales, algunas cubren los estudios de celiaquía, como IOMA, pero otras no”, cuenta la joven gilense.Resulta claro que aún queda mucho camino por recorrer en lo inherente a la conquista de derechos de las personas celíacas, con el objeto de que reciban un correcto tratamiento, tengan el correcto acceso a alimentos y sean incluidos en una sociedad consciente.