Lo que comenzó como un sueño de brindar un espacio profesional y humano para la tercera edad, cerró este 2025 convertido en una realidad necesaria. El proyecto AIPAM (Actividad Integral Para Adultos Mayores) concluyó su ciclo anual en las instalaciones del Club Frontón, demostrando que el bienestar integral es posible cuando el centro de la escena lo ocupan el vínculo y la dignidad de las personas.

Bajo la coordinación de sus creadores, los licenciados en kinesiología Evangelina Mozzone y Franco Cupaiuoli, AIPAM logró consolidar una rutina estable de tres encuentros semanales (lunes, miércoles y viernes) que brindó a sus participantes mucho más que ejercicio: les dio pertenencia y propósito.

Un abordaje profesional y cercano

La clave del éxito de AIPAM reside en su estructura multidisciplinaria. Cada jornada de dos horas se dividía en bloques pensados para el equilibrio físico y mental. “Los primeros 45 minutos se dedican a la kinesiología, enfocados en la fuerza y el equilibrio. Luego se hace una pausa de 30 minutos para desayunar y conversar” explica Cupaiuoli a Infociudad quien además destaca que para los participantes esa pausa es “uno de los momentos más valiosos del día”.

“Luego, el cierre de la jornada es otro espacio de 45 minutos que alterna entre Psicología  con la Lic. Catalina Lacanette, Terapia Ocupacional con la Lic. Ana Clara Gasparro y Terapia Recreacional  con el Prof. Matías Casas” describió.

Este trabajo en grupos reducidos de apenas seis personas por profesional garantizó una atención personalizada, respetando los tiempos de cada persona mayor y fortaleciendo la confianza individual.

Un crecimiento que habla por sí solo

Las estadísticas del proyecto reflejan el impacto positivo en la comunidad. AIPAM inició el ciclo con 9 participantes y, gracias a los resultados visibles en la salud y el ánimo de los asistentes, finalizó el año con 23 integrantes consolidados.

Este crecimiento no sólo valida el esfuerzo de los profesionales, sino que abre la puerta a una posible ampliación para el 2026, dada la creciente demanda de espacios que promuevan la autonomía y la participación activa.

“Cada vecino o vecina que se sumaba para nosotros era una caricia y fortalecer la idea de que el proyecto estaba funcionando. Vimos como ellos mismos se organizaban para llegar al club, se pasaban a buscar, programaban encuentros, AIPAM superó las fronteras del club” contó con orgullo Franco. 

Una gala cargada de emoción

El cierre del año no fue un acto más. En una gala que contó con la presencia de familiares y amigos, los adultos mayores fueron los verdaderos protagonistas. A través de números artísticos elegidos por ellos mismos, representaron el camino recorrido. El momento culmen llegó con una canción grupal que simbolizó la unión del grupo, en un clima donde no faltaron las lágrimas de alegría y los aplausos de orgullo.

AIPAM se despidió así del 2025 alineado con la Década del Envejecimiento Saludable de la OMS, dejando una huella imborrable en San Andrés de Giles y una proyección interesante a futuro con la consolidación de un espacio donde envejecer no es sinónimo de soledad, sino de nuevas oportunidades, risas y, sobre todo, mucha vida compartida.