La disparidad en la evolución de los ingresos en Argentina sigue siendo un punto de fricción social y político. Mientras millones de jubilados enfrentan una lucha diaria para subsistir, los sueldos de los legisladores nacionales han tomado una trayectoria que, lejos de acortarse, ha ampliado la brecha con los haberes más bajos.
Un análisis riguroso de la jubilación mínima y los salarios de los senadores nacionales desde diciembre de 2023 hasta la actualidad revela un contraste que alimenta el debate sobre la equidad y la representatividad.
La Argentina que se está gestando parece alimentar a la “casta” un término que el presidente Javier Milei usó como bandera de combate pero que en los números lejos está de ser una realidad.
Diciembre de 2023: el telón de fondo
Al cierre de 2023, la jubilación mínima en Argentina se ubicaba en $156.720 pesos argentinos. En el mismo período, un senador nacional percibía un ingreso neto (de bolsillo, considerando dietas y gastos de representación) que ascendía a $1.770.000 pesos argentinos. La relación en ese entonces ya era elocuente: el sueldo de un senador equivalía a aproximadamente 11,3 veces la jubilación mínima.
La medición de la jubilación mínima no estima bonos ni otros plus que suelen otorgarse en ese período. Es decir, la evaluación es sobre el importe regular.
El curso de 2024 y las proyecciones a 2025: realidades divergentes
El año 2024 y lo que va de 2025 han sido testigos de ajustes en ambos extremos de esta comparación. Para los jubilados, la implementación de una nueva fórmula de movilidad ha buscado la actualización por inflación, pero la persistente alta tasa inflacionaria ha significado que los aumentos nominales a menudo no se traduzcan en una mejora real del poder adquisitivo.
La Brecha Actual: Un Salto Alarmante
Con estos datos actualizados, la comparación es aún más impactante:
El conflicto en cifras
La brecha, lejos de reducirse, se ha triplicado en aproximadamente un año y medio. Mientras la jubilación mínima apenas ha logrado superar la barrera de los $270.000, un aumento nominal del 74% desde diciembre de 2023 (sin considerar la inflación acumulada de más del 300% en el mismo período), los sueldos de los senadores se han disparado en un 436%, pasando de $1.770.000 a $9.500.000.
Esta situación subraya una cruda realidad: el poder adquisitivo de los jubilados, que ya era precario, ha sido sistemáticamente erosionado por la inflación y la dificultad de los ajustes, mientras que los ingresos de los legisladores, aunque también afectados por el contexto económico, han mostrado una capacidad de recuperación y crecimiento exponencialmente mayor.
Como si fuera poco, el ajuste a las personas jubiladas incluyó la reducción de algunos medicamentos que eran bonificados por PAMI. La cobertura fue recortada poniendo aún más complejidades a la situación actual.