¿A dónde vamos tan rápido?
- Paula Bonaparte
¿Registraste alguna vez una sensación de sofoco o aceleración cardíaca sin estar haciendo un esfuerzo físico?
En semanas de caos, generalmente comenzando en el ámbito laboral y desprendiendo estelas de desentendimiento que se depositan en todo lo otro que también soy, me encontré agitada, con el sistema nervioso completamente alterado, con una presión leve pero muy incómoda en el pecho, con la respiración corta, como si el aire no entrara completamente y el corazón funcionara más rápido pero no más eficiente. Es interesante, porque pareciera que llevo corriendo horas y, sin embargo, solo estuve pensando.
Después de varios años de búsqueda personal y por lo extremadamente curioso que me resulta el mundo emocional, el registro físico y el poder de la mente; registro que estaba completamente estresada, ocupando lugares laborales que ni había imaginado y sintiendo mucha presión y demanda y, aunque deseo estar donde estoy, pude ver que mi cuerpo no, que el cuerpo tiene otros tiempos de adaptación y procesamiento, que lo que a mi mente le puede parecer desafiante y excitante, al cuerpo lo estresa y desregula.
Todo esto me invitó a reflexionar sobre si, es únicamente el cuerpo el que necesita lentitud, o es la unidad de lo que somos lo que nos propone la suavidad, ¿acaso no es también la mente la que se estresa?
Llevo dos semanas con este nuevo trabajo y hace también dos semanas que me abraza un bloqueo creativo y una sensación de insuficiencia para escribir.
¿Es entonces es un capricho del cuerpo? ¿O será que la rapidez es entonces un capricho del contexto?
Pues claro está, que tiempos verdaderos son los de cada uno, no existen formas correctas de movernos en las que debamos compararnos, pero si formas únicas que necesita nuestro cuerpo, mente y alma para sentirse bien. No es cuestión de soltar todo lo desafiante, excitante o rápido, sino tener un mayor registro de cómo nos vamos sintiendo, que estamos necesitado, cuando acelerar y cuando PARAR a recargarnos.
¿A dónde vamos tan rápido? Retomo la pregunta inicial y te propongo reflexionar sobre ella. ¿A dónde querés llegar?, ¿para qué?, ¿qué harías al día siguiente de cumplir cada uno de tus sueños?
A veces, como proponen alguno de los arcanos mayores como El Ermitaño, El Colgado, La Templanza, es momento de darnos un respiro profundo, una pausa para volver a nosotros, a que nuestras pulsaciones sean mas orgánicas y al auto-cuidado. Al tiempo con nosotros mismos para re-conectarnos y volver al eje.
Con mucho amor, Paula Bonaparte
@queenbonaparte___ [tarot rider & life coach]