El Ministerio de Agroindustria, mediante su Jefe de Gabinete Guillermo Bernaudo, presentó ante la Comisión Nacional de Semillas (Conase) los lineamientos y objetivos que comprende la propuesta para la modificación de la Ley de Semillas 20.247, vigente desde 1973, los cuales se adecuan a la actualidad productiva del país y procuran un equilibrio entre los intereses de todas las partes.La presentación se realizó el pasado viernes 19 de agosto en la sede de Conase, comisión que reúne a los representantes de los productores y a las empresas semilleras, quienes habían solicitado anteriormente el borrador del proyecto para poder estudiarlo y emitir una opinión, pero aseguraron que desde el Gobierno no les han dado alguna respuesta.En lo que refiere al proyecto de reforma, el mismo prevé, por un lado, que en el pago de la semilla estén incluidos los conceptos por los derechos de propiedad intelectual que la semilla y los productos obtenidos a partir del uso de la misma contengan; y por el otro, que se acote la figura del uso propio, que es el derecho que permite al productor de soja o trigo guardarse parte de la producción para volver a usarla como semilla.Según el comunicado emitido por el propio Ministerio, “el Estado Nacional propone mantener el uso propio gratuito exceptuando de ello a las variedades reproducidas por semilla durante las tres primeras campañas posteriores a la adquisición de la semilla, período a partir del cual el agricultor podrá hacer uso propio gratuito, salvo el uso incremental.” Quedarán exentos de esa norma los productores inscriptos en el Registro Nacional de Agricultura Familiar (Renaf), pueblos originarios y productores con una facturación inferior a la suma de tres monotributos de la máxima categoría, independientemente de si están inscriptos o no. Se estima que, en volumen, más del 60% de la producción de soja, sobre unos 60 millones de toneladas, va a quedar comprendida en el pago, es decir más del 20% de los aproximadamente 60 mil productores.En otro caso, si el productor se guarda semilla por encima de la superficie original que compró tendrá que hacer un pago de por vida. Además, por la semilla comprada, si en tres campañas hace la misma superficie pagará un canon ese tiempo y luego estará liberado de hacerlo, salvo que después supere la superficie. El canon a pagar lo fijará el titular de la variedad de soja o trigo, pero en la primera compra de la semilla se tendrá que estipular el valor para los años siguientes.El dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Roberto Campi, en declaraciones al diario La Nación, señaló sobre la iniciativa oficial: “Hay que analizarla un poco más, pero en principio nos parece una propuesta interesante. Pasa por el medio de los intereses de todos, aunque muy pocos van a ser exceptuados (del pago).”Actualmente, sólo el 15% de la superficie de soja (3 millones de hectáreas) es semilla certificada comprada todos los años. El resto se divide entre el uso propio y el mercado ilegal. El Gobierno comenzó a exigir que los productores declaren el origen de su semilla y encontró más de 2500 que incumplieron y en la nueva campaña deberán comprar sí o sí.El Instituto Nacional de la Semilla (INASE), organismo de competencia primaria en la materia, será quien ejercerá un control eficiente en el desarrollo de actividades de producción y comercialización de semilla y contará con un Directorio con representantes del sector público y privado. Fuente: Ministerio de Agroindustria