Dejar la comodidad de casa para emprender un viaje al viejo continente, siendo una estudiente, no es una decisión fácil. Indudablemente, aquellas personas que se animan a estas experiencias, que van por fuera de los clásicos proyectos, eligen crecer desde un modo más espiritual.Anita Vacca (17) es una joven estudiante gilense del Colegio Los Robles. Cuándo tenía 15 años conoció de los intercambios del Rotary Club, y desde ese momento no se detuvo hasta ser parte de la aventura. Su claro objetivo finalmente se cumplió el año pasado y tras 11 meses en Francia retomó a su ciudad natal.Un viaje de estas características está muy lejos de ser unas vacaciones all inclusive. El intercambio es real; nuestra joven vecina llegó a Francia para ser parte de una familia, que tomó como propia, compartir una forma de vida, seguir sus estudios en un colegio público y conocer la cultura europea.Sin saber el idioma, Anita arribó a una nación muy diversa. Donde los valores encarnados por el lema de la República Francesa todavía se sienten en el seno de la comunidad. En Vaison la Roimane, un pequeño pero pintoresco pueblo de aquel país, la gilense dejó su huella.Para conocer los detalles de esta grata experiencia, cómo son los días de los franceses y los desafíos que se presentaron durante el intercambio, el equipo de Infociudad conversó con Anita. Durante varios minutos y con una calidez contagiosa, la joven contó su historia que seguramente servirá de inspiración para muchos que hoy anhelan ser protagonistas de vivencias como estas. Hay que animarse a soñar.