A partir del lunes, empezarán a dictarse clases de Lengua de Señas Argentina (LSA) en el Centro de Día Alihuén. Esta iniciativa surgió a partir de una propuesta presentada el año pasado por el Consejo Municipal de Accesibilidad y Discapacidad, que fue aprobada unánimemente por el Honorable Concejo Deliberante.

“El taller fue creado por la demanda de personas sordas” – explica Carolina Ceriani, integrante de este proyecto y del CMAD – “Lo dictarán dos personas hipoacúsicas y yo las acompañaré“.

La cursada se desarrollará en dos cuatrimestres y contará con seis grupos de 35 personas cada uno: “La verdad es que superó nuestras expectativas. Hay más de 400 personas inscriptas” celebra la maestra de Educación Especial.

El taller consistirá de una hora de clase semanal, en la que se trabajará con un señario – un diccionario básico de términos y expresiones de LSA utilizados en actividades de la vida cotidiana – y se abordarán diversos temas relacionados a la comunidad sorda.

Con respecto a este último punto, Ceriani añade: “hay que practicar y estudiar porque la LSA es un idioma. Es la lengua natural de las personas sordas, y merece compromiso y respeto“.

El valor de la inclusión

La principal vía de comunicación de las personas hipoacúsicas con el resto de la sociedad es la lectura de labios. Por ese motivo, para los vecinos sordos fue un gran desafío la pandemia, ya que el tapabocas se transformó en una enorme barrera comunicativa.

Con el objetivo puesto en brindar una solución, desde el CMAD el año pasado organizaron la “Campaña del Barbijo“. En una entrevista con Infociudad realizada en noviembre, Carolina Ceriani expresaba: “pudimos empezar con la campaña del barbijo transparente. Durante la pandemia todos usamos barbijos y para las personas sordas es fundamental ver la boca, por eso iniciamos esta campaña que por suerte tuvo un montón de aceptación. Repartimos barbijos transparentes en negocios y organismos, la gente se lanzó a hacerse sus barbijos, estuvo bueno. Eso es parte de pensar en el otro también“.

Si bien todo parece indicar que la era del tapabocas está cerca de terminar, la necesidad de extender la LSA sigue igual de firme, ya que no siempre se puede aplicar la lectura de labios. En este sentido, Ceriani declara: “tratamos que todos puedan acceder al taller, es muy importante para nosotros que se sume la mayor cantidad de personas, para eliminar barreras comunicacionales que personas con discapacidad auditiva se encuentran a diario. Se trata de empatizar con el corazón y cumplir con los derechos de cada uno“.

Aunque la masificación de la Lengua de Señas todavía es una tarea pendiente, la integrante del CMAD celebra: “Por suerte tuvimos una enorme y linda respuesta de la gente, ya que hay más de 400 inscriptos, eso nos alegra mucho. Vamos por un San andres de Giles aún más inclusivo“.

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