El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia conmemora a las víctimas de la última dictadura cívico militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional” que usurpó el gobierno constitucional Argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983 a través del golpe de estado más oscuro de nuestra historia que dejó más de 30 mil desaparecidos, miles de muertos y la sustracción de bebes de sus madres en cautiverio.Recién el 2 de agosto de 2002, el Congreso de la Nación Argentina dictó la ley 25.633, creando la efeméride con el fin de conmemorar y reflexionar en todas las escuelas del país para que niños, jóvenes e integrantes de la comunidad educativa comprendan los alcances de las graves consecuencias de la última dictadura militar y se comprometan en la defensa de los derechos y garantías de la democracia.Según Ernesto Sábato en el prólogo de Nunca Más en el nombre de la seguridad nacional, miles y miles de argentinos, generalmente jóvenes y adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: La de los desaparecidos. “Palabra y triste privilegio argentino, que hoy se escribe en castellano en toda la prensa del mundo”.La Junta Militar que llevó a cabo un plan sistemático de genocidio desde el Estado coordinó con las demás dictaduras militares instaladas en los países Latinoamericanos mediante el llamado Plan Cóndor, el cual instauró la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina cobijada por los Estados Unidos.Esta coordinación tuvo como objetivos compartir información obtenida por los respectivos servicios de inteligencia, vigilar las fronteras para evitar que quienes estaban perseguidos pudieran exiliarse en los países vecinos, y formar cuadros de fuerzas de seguridad capaces de detectar opositores, secuestrarlos y torturarlos bajo los valores “occidentales, humanistas y cristianos”.En nuestro país la dictadura contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados, e influyentes grupos del poder civil, la protección del gobierno de los Estados Unidos y la pasividad de la comunidad internacional.Sabias son las palabras de Sábato quien explica que las grandes calamidades son siempre aleccionadoras y que sin duda, el más terrible drama que hemos sufrido en nuestra historia servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror.