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La ciencia médica encontró cómo frenar y revertir la primera causa de muerte

El título parece impresionante y lo es. Está científicamente demostrado que la enfermedad coronaria, primera causa de muerte en el mundo, se frena y se revierte. He visto las técnicas y demostraciones contundentes por quienes la descubrieron. Nadie les pudo decir que están equivocados. Los resultados se ven de manera fácil y muy concreta. Algo muy parecido ocurre con la diabetes. Pero la cardiología y la diabetología enseñada y aplicada siguen siendo paliativas, no curativas.La historia resumida es así: Colin Campbell, un investigador bioquímico, se especializó hace 50 años en estudios de nutrición humana a gran escala y de larga duración. De la universidad de Cornell le encomiendan estudiar porqué en China rural, donde viven más de mil millones de personas, la enfermedad arterial del corazón, primera causa de muerte en occidente, es una enfermedad rara. Lo mismo pasa con la diabetes, muchos tumores y muchas enfermedades crónicas que hoy nos azotan. Su estudio se plasmó en “ El Estudio China”, que es uno de los más grandes que se hayan realizado en nutrición humana. Allí demostró que la causa por la cual no tienen enfermedades crónicas se debe a la alimentación: Comen plantas sin procesados, es decir sin aceite, azúcar o harina blanca. La denomina NUTRICIÓN BASADA EN PLANTAS. No es vegana, pero se parece mucho; se diferencia porque se puede comer algo de miel, y si se pone una campera de cuero durante la cena…funciona igual, el tema es científico, estrictamente. El vegano puede usar procesados como azúcar, aceite, harina blanca. En la nutrición basada en plantas, no.Tomando este estudio y de manera independiente Esselstyn en la Cleveland Clínic y Ornish en San Francisco, describieron lo mismo. La enfermedad vascular (coronaria: corazón, o cualquier otra arteria) sinónimo de aterosclerosis SE PUEDE CURAR. Ambos se basaron en Campbell.A Essesltyn siendo un prestigioso cirujano de cuello, le había llamado la atención cuando fue médico cirujano en Vietnam, que en las autopsias (obligatorias por protocolo militar) los soldados, muy jóvenes , tenían lesiones de aterosclerosis llamativas. Eran enfermos asintomáticos a los 20 o 22 años. Pensó, él lo dice textual, que se debían al terrible estrés del combate. Pero cuando comenzaron a hacer autopsias a los soldados asiáticos, las arterias estaban completamente sanas. Cuando vuelve a su país, le sorprende que un cirujano argentino brillante, trabajador incansable y compasivo, según sus palabras exactas, inventara un prodigio médico: El by pass. Ambos cirujanos compartían el “guardarropas” donde se visten los cirujanos según las iniciales de sus apellidos: La E de Esselstyn y la F de Favaloro. Él veía que el by pass solucionaba el problema de 1, 2, 3, 4 o 5 estrecheces críticas de arterias, pero que sin embargo la enfermedad progresaba. Entonces tomó a los pacientes inoperables y a los que no se querían operar (no había stents) y les propuso la comida desarrollada por Campbell. Los resultados fueron asombrosos: La progresión de la enfermedad disminuyó de 25%, con los mejores cuidados médicos y “una buena dieta, como la mediterránea”, al 1% con la nutrición basada en plantas. Esselstyn estudió intensamente porqué el aceite lesiona las arterias, pero no nos perdamos en tecnicismos aburridos. Los que siguen la dieta americana estándar tienen el 60 % de progresión de enfermedad. Los que comen con esfuerzo- lo que les dice la medicina clásica + revascularización (stent o by pass), progresan “sólo” un 25%, los que usan estrictamente nutrición basada en plantas, 1 %. Es decir, garantiza CURACIÓN. En el laboratorio de cateterismo cardíaco donde Favaloro hizo toda su genial técnica, hasta hoy el doctor Esselstyn sigue demostrando cómo se abre la arteria enferma con la comida correcta. Dos genios.En San Francisco, Dean Ornish de manera independiente demuestra lo mismo, con mejor tecnología, sin invadir con cateterismo, cómo se abre la arteria con “unos tomógrafos especiales” y con un análisis de sangre genético, hace simple el concepto de epigenética. Muestra de qué manera se apagan los genes que promueven aterosclerosis y se encienden los protectores. Ornish es quien dice “los genes no son el destino, nuestro comportamiento, nuestro estilo de vida, sí lo es. Son nuestras creencias, finalmente, las principales protagonistas de nuestro destino, no los genes con los que venimos marcados. El cambio de paradigma es monumental: La enfermedad pasa de estar en manos de los médicos y de la industria farmacéutica y genes, a las manos de la gente. Usted es responsable de su destino, usted elige su estilo de vida, el médico lo acompaña.Ambos denominan a la Standard American Diet (comida estándar americana, igual que la nuestra, llena de procesados, carne, y lácteos) por sus siglas en inglés: SAD. Además significa TRISTE en inglés. Es triste ver cómo una comida tan desastrosa produce la epidemia más grande de la historia de diabetes, obesidad, enfermedad coronaria, y muchos tumores.Es triste ver que la medicina no reaccione y la nutrición humana siga siendo tan confusa. Es triste que no exista una obligatoriedad absoluta (al igual que las vacunas) de quioscos saludables en todos los colegios, con agua y frutas.En lo personal no creo que el consejo a la población deba ser la nutrición basada en plantas para todos. Sería ridículo pretender cambiar de un plumazo una cultura tan arraigada. Modificar hábitos a nivel poblacional lleva años. Es lógico. Sí, lo que pienso es que debería el Ministerio de Salud dejar de denominar a las enfermedades crónicas prevalentes epidémicas “enfermedades no transmisibles”. Deberían llamarse, la diabetes, el infarto, etc, enfermedades transmisibles por el estilo de vida. O enfermedades crónicas transmitidas por alimento. Cumplido el tema quioscos saludables , seguiría con la idea de “charlar” con la industria alimentaria. Un plan progresivo de retiro de azúcar, grasa, aceite y sal, parejo para evitar competencia. Después iría por rotular la comida ultraprocesada. No con etiquetas que nadie entiende. No me parece mal que la comida tenga etiquetas, pero me parece que no supera al prospecto de los medicamentos, muy técnico, muy confuso, letra ilegible para los que pasamos los 45-50, en fin, no sirve. Los mensajes deben ser claros como el símbolo celíaco/ no celíaco. O como los cigarrillos, con la foto o leyendas de advertencia de daño en los paquetes. Idéntica situación en los procesados. Entonces la cajita feliz se mostraría no tan feliz. Pero eso es más complicado de hacer. La leche es un veneno importante, del que hablaremos otro día: ¿Quién se anima a ponerle el rótulo de peligro a un yogur cuando hay pediatras en la televisión que dicen que si toman ese yogur los chicos van a ser más fuertes? Pobres chicos.En la próxima seguimos con este tema e intentaré explicar porqué la gente no recibe esta noticia con bombos y platillos: “ SE ENCONTRÓ LA CURA (freno o reversión) DE LA ENFERMEDAD CORONARIA”.Victor Hugo decía: “No existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.”Paciencia: los grandes cambios se hacen con ideas nuevas, conocimiento, pero la acción de instalarlos es otra historia que analizaremos a la brevedad. El tesoro está. Hay que revelarlo. A esta idea no le ha llegado su tiempo aún.  Dr Guillermo Marillet.Consultor en Clínica Médica.Miembro del Colegio de Clínicos de los Estados UnidosDocente Facultad de Medicina UNAJ

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