11 de Marzo de 1973. Pasados 18 años, 11 meses y 16 días, en una alianza llamada Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) el peronismo volvía al ruedo electoral. Aunque regía el estado de sitio, ya que Perón no podía ser candidato, las gargantas peronistas entonaban la marcha partidaria y coreaban “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.San Andrés de Giles fue protagonista principal de este importante capítulo de la historia Argentina. Héctor José Cámpora, el ex presidente de la Cámara de Diputados en otros tiempos y delegado de Perón en nuestro país, encabezó la lista peronista ese domingo. El “Tío” era ni más ni menos, que vecino de nuestra ciudad.Perón no estaba en la Argentina: el general Alejandro Agustín Lanusse había dictado un decreto por el cual no podía presentarse ningún candidato que no residiera en el país desde el 25 de agosto de 1972. Desde su casa en Puerta de Hierro, Madrid, el líder del peronismo aceptaba el desafío de ir a la carrera con Cámpora como líder.Tras casi siete años de tres dictadores surgidos del Ejército, finalmente, Lanusse llamó a las urnas con la precaución de establecer el sistema de doble vuelta: confiaban en que el 11 de marzo “el dentista de Giles” podía salir primero pero sin llegar a la mitad más uno de los votos y, en consecuencia, el domingo 15 de abril –día fijado para la posible segunda vuelta electoral- el voto antiperonista se uniría para evitar el regreso del peronismo al poder.Tras una campaña intensa, donde Cámpora se encargó de unir al peronismo con un claro apoyo de los jóvenes; el jueves 8 de marzo de 1973 el estadio de Independiente fue el escenario del cierre de campaña del Frejuli: unas setenta mil personas gritaban sin parar.  En una tarima montada en la cancha, rodeado de gente, Cámpora insistía:”la elección del domingo no es una elección más, porque ese día hay que producir el argentinazo a través de las urnas”.Tres días después, un 11 de marzo, el “argentinazo” fue real. Los cómputos oficiales decían que el FREJULI de la lista de Cámpora y Solano Lima, tenía 5.908.414 -el 49,5 por ciento. Los radicales habían sacado 2.537.605 votos -el 21,2 por ciento-. Para el radical Balbín, la segunda vuelta no tenía sentido. Cámpora, a pesar de haber quedado al 1.5% de los votos para ganar la General, ya era un presidente legítimo.El vecino que caminaba el pueblo, apoyaba a las instituciones y atendía en su consultorio, había sido elegido como presidente de la Nación por el voto popular, un acontecimiento sin precedentes para los gilenses. Su mandato fue un acto de lealtad al peronismo y a la lucha por la soberanía política, independencia económica y justicia social que nuestro país necesitaba.