En San Andrés de Giles el avance de la medicina está a la vuelta de la esquina. El Dr. Horacio Rivera con su esposa la Dra. Mercedes Crespo, realizan desde hace algo más de una década implantes auditivos con una nueva técnica, que se basa en la tecnología y supone una alternativa al audífono convencional.Horas después de realizar una exitosa intervención quirúrgica a Zulema, que padecía pérdida de audición, los doctores recibieron a Infociudad en una de las oficinas de la Clínica San Fernando. La institución sanitaria es el sitio elegido para desarrollar éstas operaciones. “Existen dos tipos de implantes, el osteointegrado (denominado implante baja) y el coclear. El primero va al hueso, al temporal, ese implante una vez que se integra se pone mediante un imán el dispositivo externo. Es un microprocesador. El segundo va dentro de la cóclea, lleva un imán debajo de la piel donde también se conecta el microprocesador” detalló Horacio.El implante coclear es para las sorderas profundas bilaterales, mientras que el osteointegrado se lleva a cabo en casos más leves. Dependiendo el tipo de audición que tenga el paciente será el implante que los médicos coloquen. La Dra. Crespo especialista en fonoaudiología explica que este avance de la ciencia permite revertir casos desde la infancia: “Este implante es la solución para personas con pérdidas auditivas. Ahora se detecta de manera temprana cuando los chicos nacen y se evalúa la colocación. Una vez que lo tienen desarrollan un proceso de aprendizaje del lenguaje normal”.La tecnología cumple un rol fundamental. Además de garantizar la audición tiene diversas características que no dejan de sorprender a propios y ajenos. El microprocesador es de fácil montura, tolera la humedad y se puede regular desde una aplicación que las personas pueden tener instalada en el celular. Según los especialistas esperan que en los próximos años el aparato externo sea sumergible.Las obras sociales tienen la obligación de reconocer en su totalidad el implante a todas aquellas personas que lo necesiten. A su vez si no poseen una puede gestionarlo por el Ministerio con el certificado de discapacidad. “Los trámites son complejos. Tengo pacientes que hace tres años hicieron el pedido y todavía no tienen respuesta. La gestión tendría que durar ocho meses. Pero son pocos los casos que llegan en ese lapso. En general terminan presentando recursos de amparo” explicó Mercedes. Además las prepagas también tienen que asumir el compromiso de facilitar nuevos microprocesadores cada dos años para acompañar la modernización del sistema.En Argentina la empresa Tecnosalud es la encargada de importar los implantes Coclehar fabricados en Australia y Suecia. Éste es un problema que se registra en todo el mundo, según la estadística internacional 5 de cada 1000 personas tendrán en algún momento de sus vidas pérdida auditiva. 3 de ellas sufrirán una perdida profunda.Para Mercedes Crespo con el paso de los años las posibilidades para las personas crecen: “Una de las partes más interesantes es el avance y el cambio de la tecnología. La evolución a nosotros nos maravilla, porque el avance del procesador es una buena noticia para el paciente”.Antes de volver a visitar a Zulema, que se encuentra en una habitación esperando que comience a funcionar su implante osteointegrado, Mercedes cuenta que además de una gran solución para ciertos casos, colocar un implante es una experiencia inspiradora “el encendido de un implante coclear para mi es único. Son personas que están en el silencio. Los niños en general lloran porque es algo desconocido para ellos. Los adultos también lloran, pero lo hacen de alegría porque tienen memoria auditiva. Ellos vuelven a escuchar”.