¿A qué ritmo está creciendo nuestra ciudad y las localidades menores?
-
Redacción Infociudad
- mayo 29, 2023



Por Luis Humacata
La Geografía y el estudio de la ciudad
El estudio del espacio urbano es un campo interdisciplinario que abarca una amplia variedad de disciplinas, que aportan conocimientos para un mayor entendimiento de los fenómenos que se dan en las ciudades. En algunos casos, las investigaciones se centran en cuestiones de desigualdad y condiciones de vida de la población, valorización del patrimonio histórico-cultural, los estilos de vida urbana, segregación socioespacial, la formación de nuevas centralidades, y en general el impacto de las actividades en el interior de la ciudad, que son abordados por ciencias como la Geografía Urbana, la Sociología, el Urbanismo, la Historia, entre otras.
Para los geógrafos, estudiar la ciudad, desde un punto de vista geográfico, es considerarla como un sistema espacial, que tiene una estructura y funciones propias de la dinámica urbana. Uno de los temas que ha tenido mayor preocupación, es el crecimiento urbano que se está dando no solo en las grandes áreas metropolitanas sino en ciudades intermedias y pequeñas.
¿A qué llamamos espacio urbano?
Desde un punto de vista morfológico, es decir, centrado en la forma o estructura urbana, vamos a definir al espacio urbano como aglomeración o concentración de manzanas que contienen construcciones edilicias y que se encuentran conectadas por calles. En este sentido, podemos distinguir tres procesos que se dan en este ámbito y que tienen que ver con las fases de desarrollo de una ciudad, tales como expansión, consolidación y densificación. En esta oportunidad, nos centraremos en analizar la expansión urbana, que da cuenta del avance del uso urbano sobre otros usos del suelo de carácter rural y del medio natural, proceso que se desarrolla en la denominada franja urbano-rural o periurbano. Este crecimiento se puede dar de forma contigua o discontigua. En el primer caso, la ciudad crece ocupando terrenos aledaños, al que se denomina crecimiento tradicional o compacto, mientras que, en el segundo, se generan nuevas áreas urbanas distantes de la mancha urbana original, dando lugar a un crecimiento urbano disperso.
Nuestra ciudad, que forma parte del sistema de asentamientos urbanos a nivel regional, se puede clasificar dentro de la categoría de ciudad pequeña (entre 10.000 y 50.000 habitantes), entre otras categorías, tales como ciudad intermedia, como es el caso de la ciudad de Luján, que supera los 100.000 habitantes. Esta clasificación de ciudades o áreas urbanas, se basa en considerar la cantidad de población de los distintos núcleos urbanos. Es así, como nuestros pueblos rurales, se encuentran en la categoría de asentamientos con la menor población, denominada localidades menores (menos de 2.000 habitantes) o rurales.
¿Cómo determinar la superficie de expansión urbana?
El estudio de la dinámica urbana, desde un enfoque temporal, se centra en determinar el avance de la superficie urbanizada y su incidencia en los cambios de usos del suelo. En primera instancia, es fundamental contar con un diagnóstico de la evolución espacial histórica, que nos permita realizar aportes orientados a la cuantificación y análisis del crecimiento urbano.
Para esta tarea, la Geografía se sirve de una de las herramientas que le ha dado su identidad, como lo es el mapa. Para un geógrafo, el mapa es un modelo de representación espacial, es decir, es la forma de representar los distintos elementos (naturales y antrópicos) que se encuentran sobre la superficie terrestre y que brinda la información para realizar el posterior análisis geográfico. En este caso, se ha elaborado cartografía temática de las áreas urbanas en dos cortes temporales: año 1990 y año 2020. La misma, se realizó a partir del uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG), y la interpretación visual de imágenes satelitales como las provenientes de Google Earth, que nos da la posibilidad de contar con imágenes históricas. De igual modo, se trabajó con planos urbanos de los años bajo estudio.
A partir de la obtención de la base de datos georreferencia en SIG, y la elaboración de cartografía de áreas urbanas para los distintos años, se procedió a aplicar uno de los métodos geográficos por excelencia, el cual consiste en la superposición cartográfica de dos mapas (Figura 1).
Figura 1: Determinación de la superficie de expansión urbana a partir de la superposición cartográfica de dos mapas (1990-2020).

En nuestro caso, se superponen y se comparan los mapas de los años 1990 y 2020, con el objetivo de determinar las áreas urbanas de expansión entre cada año. De este modo, ha sido posible cuantificar y mapear el avance urbano a lo largo del tiempo.
¿Cómo ha sido el crecimiento del espacio urbano gilense?
Teniendo en cuenta el sistema de asentamientos urbanos al interior de nuestro municipio, y con la finalidad de analizar su evolución en las últimas décadas, surge el siguiente interrogante ¿cómo ha sido el ritmo de crecimiento urbano de nuestra ciudad y las localidades rurales? En una publicación anterior, en este mismo medio de difusión (https://infociudad.com.ar/2022/01/04/en-que-estado-se-encuentran-los-ecosistemas-en- nuestro-municipio/), hemos planteado que la cercanía a los centros urbanos de mayor tamaño y el aumento de la accesibilidad a partir de la extensión de autopistas, han puesto a nuestro municipio en un contexto de mayor dinamismo. En esa oportunidad, nos
enfocamos en analizar el impacto de las actividades rurales en los cursos de agua y su área de influencia. Ahora, pretendemos dar un panorama de la distribución y evolución espacial de las áreas urbanas en estos últimos 30 años.
La configuración espacial de asentamientos humanos de nuestro partido, se organiza en torno a su ciudad cabecera, que recibe el mismo nombre, y seis localidades menores, tales como Azcuénaga, Cucullú, Franklin, Solis, Villa Espil y Villa Ruiz, que se encuentran distribuidas a un radio de distancia de 10 a 30 km de la misma. Además, tenemos que mencionar la presencia de parajes rurales, que, junto a casos como el de Villa San Alberto, no se consideran en el presente análisis.
El espacio geográfico gilense, que forma parte de la región pampeana, se caracteriza por presentar una gran superficie ocupada por actividades agropecuarias, tales como la siembra de maíz, soja y trigo. En el sector ganadero, se realizan las modalidades extensivas e intensivas, que se suman a una diversidad de usos del suelo que en su mayoría forman parte del sector de actividades primarias. El partido cuenta con una superficie total de 1.132 km2, de las cuales la superficie urbana tradicional o compacta ocupa tan solo un 0,55%, aunque si sumamos todas las áreas residenciales, incluyendo los barrios extraurbanos, esta cifra asciende a 1,17%. Pero veamos cómo ha sido este crecimiento y su relación con el aumento de la población. En la Tabla N° 1, se presenta la cantidad de población y de superficie urbana (en hectáreas) para ambos años. Si consideramos que el aumento de la población es uno de los factores de expansión urbana, podemos dar cuenta de su relación a partir de comparar el crecimiento porcentual, que indica el incremento con respecto a los datos del periodo inicial, que en nuestro caso es el año 1990. En este sentido, cuando la población ha aumentado un 45 %, la superficie urbana lo ha hecho en un 23%, dando como resultado un incremento relativo mayor, aunque si consideramos la totalidad de superficie urbanizada, esta relación se invierte, ya que el incremento asciende a casi un 160%. En este caso, el crecimiento relativo de la superficie urbana supera ampliamente al aumento de población, que se ha caracterizado por mantener un ritmo de crecimiento lento y estable a lo largo de los años.
Tabla 1. Crecimiento de la población y superficie urbana (en ha). Años: 1990-2020.
1990 | 2020 | Crecimiento absoluto | Crecimiento en porcentaje | |
Superficie urbana | 512 | 632 | 120 | 23 |
Superficie urbana (incluyendo nuevos barrios extraurbanos) | 512 | 1325 | 813 | 159 |
Total de población | 18.302 (1991) | 26.474 (2022) | 8.172 | 45 |
Fuente: Elaboración del autor.
Uno de los fenómenos urbanos de las últimas décadas, es el cambio de modelo de estructura urbana de las ciudades, principalmente en las grandes áreas metropolitanas y ciudades intermedias, cuya expansión avanza sobre una periferia de carácter urbano-rural, aunque es un proceso que se está dando en ciudades pequeñas, como se plantea para nuestro caso de estudio. Este proceso está configurando dos modalidades de crecimiento urbano. Al tradicional crecimiento compacto, que se produce por la extensión del ejido urbano contiguo, se suma una nueva modalidad, cuya ocupación del suelo urbano es de menor densidad, con grandes lotes residenciales (superiores a los 300 m2), y una mayor accesibilidad a partir de la red de rutas y caminos, con una ubicación que se encuentra, principalmente, en el espacio periurbano y rural, cuya comercialización es realizada casi exclusivamente por el sector inmobiliario (Figura 2), cuya estrategia comercial se focaliza en la oferta de amplios espacios para la vida urbana, en un entorno rodeado de “naturaleza”.
Figura 2: Oferta inmobiliaria de barrios residenciales.


La ciudad cabecera, una ciudad con nuevos límites
Como hemos señalado, la ciudad de San Andrés de Giles, es la que concentra la mayor población y la mayor superficie urbana, por su categoría de ciudad cabecera de partido. Históricamente, la ciudad ha crecido a un ritmo lento, formando un área urbana compacta, es decir, que su crecimiento se produjo a partir de incorporar terrenos aledaños hacia el este, contiguos al amanzanado original, y dentro de los límites naturales e históricos que actuaron como barreras físicas, tales como el trazado ferroviario de la línea Gral. Urquiza al norte de la ciudad, el arroyo Giles al oeste, y la Ruta Nacional N° 7 al sur. El crecimiento lento de la población, ha sido un factor condicionante para que la ciudad se mantenga por varias décadas con una baja densidad de superficie ocupada, a tal punto de considerarse una ciudad peatonal, que podía recorrerse caminando, y cuya percepción hacía referencia a una fuerte identidad de pueblo.
Si bien mucho de esta realidad todavía continúa, es necesario agregar que, desde hace algunos años, el espacio urbano gilense ha atravesado por grandes cambios, y que tienen que ver con la extensión de su amanzanado urbano fuera de sus límites, el crecimiento de la población y la proliferación de nuevos emprendimientos residenciales, dando lugar a una nueva realidad que merece ser tratada desde un punto de vista geográfico.
En la Figura 3, podemos observar algunos sectores de expansión urbana y los cambios de usos del suelo que genera, tales como el avance sobre el uso agrícola. Además, se puede identificar el proceso de densificación, es decir, el aumento de la construcción de viviendas por manzana en los barrios que ya existían en 2005.

En el año 1990, la mancha urbana de la ciudad ocupaba una superficie de 351 ha, configurando un área homogénea, con un sector de expansión hacia el este, próximo a la RN 7. Además, se observan los barrios “San Francisco” y “San Bernardo”, que extienden el área urbana hacia el sur; y el barrio “San Ramón”, antiguamente llamado “La Canducha”, que se encuentra al oeste de la ciudad (Figura 4).
En estos treinta años, la ciudad incorporó 166 ha de suelo urbano, presentando un incremento del 47 % con respecto a la superficie que ocupaba en 1990, siendo el mayor crecimiento en estos últimos 10 años.
Del total de la superficie de expansión, 100 ha corresponden a la modalidad de crecimiento urbano compacto, es decir, el suelo urbano que se agrega al crecimiento natural de la ciudad. Este crecimiento se puede observar en tres sectores. En el caso del sector oeste, la expansión urbana ha sido planificada con intervención estatal. Uno de estos nuevos barrios, es el denominado “Familia Propietaria”, con aproximadamente 15 ha, siendo uno de los primeros en construirse al otro lado del arroyo Giles en la década del 90. Luego de 2010, se incorporan dos nuevos barrios, el primero es el barrio “Bicentenario”, y luego de 2015, el barrio “Procrear”. Hacia el sector sur, se puede observar que los dos barrios aumentan de superficie, sumando, en el caso del barrio “San Francisco”, alrededor de 17 ha, y de 16 ha para el barrio “San Bernardo”. El sector este, que históricamente fue el de mayor dinamismo, se expande a partir de incorporar 32 ha, contiguas al amanzanado urbano. A partir de 2013, se construye el barrio “El Esfuerzo”, que suma alrededor de 4 ha.

La proliferación de nuevas áreas residenciales es reciente, se da principalmente luego del año 2010, y suma un total de 66 ha, bajo una modalidad de ocupación que se localiza en sitios de mayor accesibilidad a partir de vías rápidas de circulación. En este sentido, podemos señalar que, en el sector noroeste, se pueden observar dos barrios (uno de ellos llamado “Los Picos”), creados a partir de 2019, y se encuentran a una distancia de 2 a 3 km del centro de la ciudad, conectados por la Av. Nuestra Señora de Luján. En el sector oeste, se encuentra una zona residencial que surge luego del año 2000, conectada por la Ruta Provincial N° 41 y calle Rawson. A partir del año 2016, comienza la construcción del barrio “San Mateo”, que se encuentra a 1.5 km del centro, y cuyo acceso es a partir de la RP 41 y calle Gral. Belgrano.
En el sector sur, la expansión comienza luego de 2010, a partir de dos nuevas áreas residenciales, cuyo principal acceso es la Av. Cámpora, y se encuentran al este y oeste del barrio “San Francisco”.
La tendencia en aumento de las nuevas áreas residenciales extraurbanas se mantiene en la actualidad, tal es así que, en estos dos últimos años, han surgido tres nuevos emprendimientos (Figura 5), que, si bien están en su etapa inicial, dan lugar a un nuevo sector de crecimiento asociado a la Ruta Provincial N° 193.

De esta manera, podemos sostener que la ciudad ha sobrepasado sus barreras físicas, que contenían el crecimiento urbano dentro de los límites históricos. Se configuran y consolidan los sectores de expansión urbana hacia el oeste y sur, con un incipiente crecimiento hacia el norte. La ciudad se presenta con nuevos límites, hacia el oeste, la RP 41 y hacia el sur, la autopista RN 7.
Las localidades menores, hacia la urbanización del campo
En estos últimos años, las localidades menores han presentado varios cambios. Se han consolidado dos localidades orientadas al turismo rural, como Azcuénaga y Villa Ruíz,
Mayor accesibilidad a partir de la extensión de las autopistas de la RN 7 y la RN 8.
Como se señala en la Figura 6, el entorno rural de las localidades menores, ha registrado cambios de usos del suelo a partir de la expansión urbana. La proliferación de áreas residenciales se ha dado sobre usos tradicionalmente destinados a las actividades agrícolas y ganaderas (Figura 6A), como en la localidad de Azcuénaga, y extractivas (Figura 6B), como los hornos de ladrillos en la localidad de Cucullú.

A continuación, haremos una síntesis de la distribución espacial de áreas urbanas, y su evolución en los últimos años (Figura 7).
La localidad de Azcuénaga cuenta con una superficie urbana de 26 ha, que forma el amanzanado urbano original. Desde el año 2018, se inicia la extensión de un nuevo barrio residencial, y en estos dos últimos años, se ponen en marcha dos proyectos más, siendo el más reciente el barrio “Los Corrales”, ubicado sobre RP 193, a un poco más de 1 km del casco urbano. De esta manera, se registra una suma total de 44 ha, de nuevas áreas residenciales, dando un total de 70 ha para dicha localidad. Esto indica un incremento de 170%, con respecto a la superficie urbana de 1990.
La superficie del espacio urbano de Cucullú es de 20 ha. Desde el año 2016, se suma una nueva área residencial, a una distancia de más 500 metros del casco histórico. Recientemente se ha creado un nuevo sector residencial, es decir que, en total se agregan 23 ha de nuevas áreas residenciales, indicando que la localidad cuenta actualmente con 43 ha, cuyo incremento es de un 115%.
Franklin, es la localidad con la menor superficie. Cuenta con 8 ha. de espacio urbano, a la que se le sumó 1 ha. en el periodo bajo estudio. Esto indica que tuvo el menor
crecimiento de superficie urbana de las localidades menores, ya que con 9 ha, registra un 12.5% de incremento.

La localidad de Solis cuenta con una superficie urbana de 40 ha, a la que se le suman 106 ha, como nuevas áreas residenciales. De estás, el barrio El Candil es el más antiguo y representa la mayor superficie con 102 ha. Hay que mencionar que desde 2005, comienzan a construirse viviendas en un sector del ferrocarril, siendo actualmente un área de 4 ha. Esta localidad registra un incremento de 265%, aunque como mencionamos, la mayor parte se produjo en un área externa al casco histórico, que dista del mismo unos 2 kilómetros.
Villa Espil es la segunda localidad con la menor superficie, ya que cuenta con 11 ha de amanzanado urbano. Si bien no se extendió su superficie compacta desde 1990, si han surgido cuatro nuevas áreas residenciales en su entorno rural, con una superficie total de
159 ha. De estas, dos son denominadas urbanizaciones cerradas, tales como el barrio cerrado “El Chamical”, que surgió alrededor del año 2000 y se encuentra a cuatro kilómetros del caso urbano, y el club de chacras “Laguna de las Pampas”, creado luego de 2010, ubicado a dos kilómetros. Ambas urbanizaciones, superan las sesenta hectáreas cada una. Luego del año 2020, se crean los barrios “La Amalia” y “Los Retoños”, que se encuentran sobre RN 7.
En el caso de la localidad de Villa Ruiz, que contaba con una superficie urbana de 56 ha en 1990, registra, luego del año 2000, un aumento de superficie bajo dos modalidades. En el primer caso, su área compacta se extiende 15 ha hacia el sur. A su vez, en 2010, se inicia un proyecto de urbanización cerrada, del tipo club de chacras, denominado “San Andrés”, que cuenta con un total de 284 ha. Luego de 2018, surgen tres nuevas áreas residenciales al noroeste del casco urbano (uno de ellos es “Los Fresnos”), es decir, que se suman 16 ha. De esta manera, con un total de 371 ha, la localidad registra uno de los mayores incrementos (junto a Villa Espil), 562% con respecto a la superficie de 1990.
Para seguir analizando hacia el futuro
Este inicial análisis que hemos presentado, se focalizó en determinar la evolución pasada y la situación actual de las áreas urbanas gilenses. Consideramos que la Geografía no solo es una ciencia del presente, que recurre al pasado para un mayor entendimiento de la situación actual, sino también una ciencia prospectiva, de modo tal que es posible la generación de simulaciones del crecimiento urbano a futuro. En este sentido, planteamos un interrogante que será necesario ocuparnos a futuro ¿cuáles son los sitios más aptos para el crecimiento urbano, es decir, aquellos sitios que minimizan el conflicto entre usos del suelo, donde es posible que la ciudad se expanda sin comprometer el desarrollo de espacios productivos y ecosistemas naturales? De esta manera, se plasma uno de los objetivos principales de la Geografía con carácter aplicado, para lograr un desarrollo territorial sostenible en el marco del ordenamiento territorial a escala urbano-municipal.
Agradecimientos
A la profesora María José Di Paolo por su colaboración en la realización de la base de datos geográfica y la cartografía temática que se presenta en este artículo.
Bibliografía de consulta
Addesso, H. (2015). Crónica de un plan: San Andrés de Giles. Distrito V. Colegio de Arquitectos. Provincia de Buenos Aires.
Buzai, G. D. (2018). Crecimiento urbano y potenciales conflictos entre usos del suelo en el municipio de Luján. Cuadernos Geográficos. 57(1), 155-176. Enlace: http://dx.doi.org/10.30827/cuadgeo.v57i1.5656
Carter, H. (1983). El estudio de la Geografía Urbana. IEAL. Madrid.
Ramírez, L.; Pértile, V.C. (2013). Cambio de uso de suelo y tendencias de la expansión urbana entre 1990 y 2030 en Juan José Castelli y Villa Ángela, Chaco, Argentina. Geografía y Sistemas de Información Geográfica. Universidad Nacional de Luján. Año 5, N° 5, Sección I: 194-216. Enlace: https://87538a9a- 4129-4498-961e-1bc765cd62c3.filesusr.com/ugd/79758e_86dffc357db74c17b170acd58bc1d69d.pdf
Sobre el autor
Luis Humacata, es geógrafo, docente e investigador del Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO) de la Universidad Nacional de Luján (UNLu). Es director del Grupo de Estudios de Geografía Aplicada de la cuenca del río Luján (GECLU). Programa de Docencia e Investigación en Sistemas de Información Geográfica (PRODISIG-UNLu).
Facebook: https://www.facebook.com/GecluUnlu
Otras Noticias ►

