Con la presencia del intendente Miguel Gesualdi, funcionarios municipales, concejales, consejeros escolares, representantes de la educación, la policía, funcionarios provinciales, la Iglesia y vecinos, se realizó este miércoles 8 de octubre el homenaje al fundador del pueblo, Padre Vicente Piñero. El acto se desarrolló en Saavedra y Piñero, a la vera del arroyo Giles.
La ceremonia conmemoró que, un día como hoy pero de 1793, el Presbítero Piñero tomaba posesión de las tierras donadas por Francisco de Suero y Giles. Desde el año 2003, una Ordenanza municipal establece la realización de este homenaje. Durante el acto, se izaron las banderas, se entonó el Himno Nacional Argentino y se colocaron ofrendas florales en el mojón que representa el origen del pueblo.
La Honorable Cámara de Diputados de la Provincia, a través de los representantes locales Carlos Puglelli y Belén Malaisi, declaró de Interés Legislativo el 232 aniversario de la fundación.
Memoria y agradecimiento
El Padre Norberto Chirigliano destacó durante el acto que “es bueno hacer memoria y ser agradecido con el Padre Vicente por su intervención y a quienes donaron las tierras. Desde el cielo, quizá él esté mirando y nosotros en nombre de toda la comunidad de San Andrés de Giles, queremos ser agradecidos”.
A continuación, relató la historia fundacional: a principios de 1793, el Padre Piñero se dirigió a Juan Francisco de Suero y Giles, preocupado porque en la zona de la cañada de Giles muchos vecinos esperaban una capilla. El 8 de octubre, Juan Francisco de Suero le manifestó la intención de donar 60 varas de tierra para realizar una capilla, donación que el Padre Vicente admitió.
Los primeros pasos de la comunidad
El intendente Miguel Gesualdi se refirió a la importancia de la fecha: “Es el primer paso hacia la fundación de nuestro pueblo. El Cabildo de Luján autorizó la construcción de un oratorio en el paraje Giles respondiendo al pedido de un grupo de vecinos que movidos por su deseo de fe y de comunidad querían tener un espacio propio para el culto y la reunión”.
“Fue un acto de esperanza y compromiso con el futuro”, añadió Gesualdi. “El sacerdote Vicente Piñero, proveniente de San Antonio de Areco, fue una figura esencial en este proceso. A caballo y con escasos recursos recorría la vasta llanura bonaerense para atender espiritualmente a los pobladores”.
El intendente también narró cómo, tras la autorización del Cabildo, los vecinos construyeron una capilla de adobe y techo de paja. Los hombres tuvieron que interrumpir varias veces la construcción en 1806 ante el paso de patrullas militares, ya que ese fue el año de las Invasiones Inglesas. En esos momentos, el Padre Piñero se quedaba con ellos, rezaba y los alentaba a no abandonar la obra que, en sus palabras, “habrían de dar luz y esperanza a estas tierras”.