Hoy alumnos de la Escuela Técnica N° 1 concluyeron un hermoso proyecto junto a su profesor Santiago Spinelli. En el taller de la institución trabajaron durante seis meses para que el vecino Miguel Ángel Riquelme tuviera su propia bicicleta adaptada a su silla de ruedas. “No tengo palabras, felicitaciones 6to Tecet y muchas gracias Miguel por dejarnos ser parte de este proyecto”, expresó en sus redes sociales el docente, y explicó que adaptaron y modificaron partes de bicicletas en desuso para darle un propósito mejor.
Todo comenzó a pedido de Fernando Olano, vecino de nuestra ciudad que ayuda y trabaja con personas con discapacidad. Así conocieron la historia de Miguel Ángel Riquelme, un vecino de Villa Espil que comenzó a entusiasmarse con la idea de practicar ciclismo. A partir de ese momento, docente y alumnos se comprometieron con su nueva meta. “Empezamos a trabajar con un grupo de 6to año, con quienes tengo una carga horaria grande. Hoy tras varias pruebas y mediciones, pudimos entregárselo y que lo lleve para probar y ver cómo se siente”.
Para explicar cómo se hizo y como quedó, el profesor Santiago detalla: “Se hizo con parte de bicicletas en desuso, y es una adaptación a su silla de ruedas, es decir, ese aparato se saca y él puede seguir con su silla de ruedas normal. Tiene tres puntos de anclaje a su silla de ruedas con un soporte de calce y hubo que adaptar la relación para que él pueda pedalear, porque si no él hace mucha fuerza o poca fuerza, pero trabajando con él pudimos acomodar todo eso y a su vez es un sistema de ruedas que tiene frenos”.
En diálogo con Infociudad, Miguel explicó que este proyecto es un antes y un después en su vida: “Yo con ellos estoy más que agradecidos por lo que hicieron, fue un trabajo que no se hizo de un dia para el otro, y la verdad que estoy muy contento porque más allá que me sirve para andar, va a mejorar mi calidad de vida. Se fabricó para practicar un deporte, porque tengo muchas ganas de hacer ciclismo, que es una meta que me propuse, por eso, esto es un paso muy importante para mí”.
Sobre esta experiencia Miguel comenta que se formó un muy lindo grupo: “Esto me puso muy feliz a mí y a los chicos también”. Hoy, apenas le entregaron su nueva bicicleta, partió desde la Escuela Técnica y se hizo alrededor de dos kilómetros para visitar a un amigo que vive en la Echeverry al fondo. “A meterle ficha a los sueños y no quedarse, soy de esas personas que van siempre para adelante en busca de la felicidad”, expresa. Sin dudas, Miguel es un ejemplo de perseverancia y los alumnos que lo ayudaron, dieron clases de inclusión y solidaridad. Juntos nos demostraron una vez más que la realidad siempre puede cambiar con educación, trabajo y esperanza.