Un 1° de septiembre de 1938, nacía el Club Rawson, en el medio de un proceso que marcaría a fuego el futuro de San Andrés de Giles. Es que la primera mitad del siglo XX, estuvo marcada por el surgimiento de clubes que luego se transformarían en patrimonio de la ciudad. Particularmente, las décadas del ´20 y ´30 fueron las más movidas. En esos 20 años, nacieron los clubes Apolo, Solís, San Martín, Defensores de Heavy, Cucullú, Colegiales, Villa Ruiz, Almafuerte, Franklin y Albatros.
Uno de los tantos motivos por el cual surgieron tantas instituciones, está vinculado al deseo de dejar sellada la identidad de los barrios y localidades en proyectos que se puedan transformar en puntos de encuentro para la comunidad. Esto explica el nacimiento del Club Rawson. Según detalló José Rocha – contador y socio histórico del club – en “Historias Gilenses“, cuando llovía las calles del barrio se volvían intransitables y todos los lugares de esparcimiento quedaban lejos e inaccesibles.
Para intentar brindar una solución, un grupo de vecinos se organizó y hablaron con Manuel “Manolo” García, quien vivía en la esquina de Rawson y Alem. Cuando oyó la propuesta, aceptó inmediatamente y alquiló su casa para que allí funcione la sede de un club. Esa fue la piedra fundamental del proyecto.
El siguiente paso fue escribir el estatuto de la institución, el cual fue redactado teniendo como base el estatuto del Club Victoria. Después, empezó la campaña para conseguir socios: “tarea en la que tuvo que ver bastante mi padre, Vicente José Rocha, que por ser el peluquero de esa zona, aprovechaba a sus clientes para anotarlos, con una cuota mensual de un peso” relata en su libro José Rocha hijo.
Finalmente, la asamblea de fundación se fijó para el 1° de septiembre. Ese día se nombraron a las primeras autoridades y quedó Manolo García como presidente. Un mes después, se habilitaría públicamente la sede con cantina incluida. A partir de ese momento, la institución fue en ascenso. En 1956 se formó la primera división de fútbol, la cual debutó con triunfo incluido: en su primer torneo, se impuso ante Argentino de Carmen de Areco en la final y se quedó con el título.
En la década de los 60, se derrumbó un viejo galpón, y se construyó una pista de baile y una cancha de bochas. Recién en la década de los 70 el club se formalizaría como institución: gracias al aporte de sus socios le compró la propiedad a la familia García y consiguió la personería jurídica.
A todo esto se le sumó la reconstrucción de la sede. Lo único que se conservó fueron las paredes exteriores, adentro se construyó un nuevo salón, que es el que permanece hasta el día de hoy. Desde entonces, la nueva barra de la cantina convocó no solo a los vecinos del barrio, sino también a los de todo Giles.
Pasaron 83 años de aquella charla con Manolo García, y tal como se lo prometieron los socios fundadores, el Club Rawson sigue funcionando como un lugar de esparcimiento social. Con el paso del tiempo, logró transformarse en un símbolo de la comunidad y en un ejemplo de lo que puede lograr el trabajo en pos de la comunidad.