El valor de la carne al consumidor final trepó un 47,5% en el primer semestre del 2016, en tanto que la hacienda en pie lo hizo en un 49,7%. Los datos surgen del informe realizado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) en el mes de junio y que también arrojó otros resultados sobre el sector, como por ejemplo la caída en la faena, que se ubicó por debajo de las 950 mil cabezas, y el retroceso del consumo per cápita en el país, cuyo promedio fue de 55,3 kilogramos al año, cuando históricamente fueron 63 kg.Agustín Sosa, quien se desarrolla laboralmente en la producción y comercialización de hacienda en el Mercado de Liniers, al ser consultado sobre la actualidad y las perspectivas sobre el sector ganadero, sostuvo que “la disminución de la faena, se debe a que la producción volvió a tener rentabilidad después de varios años, entonces se está generando una retención de vientres por parte de los productores, y a su vez se están produciendo animales más pesados para mandar a faena; esta caída que ahora suena como algo desfavorable, en realidad es positivo para el futuro, ya que se está invirtiendo para aumentar la producción, lo que es algo provechoso para el sector y también para el Estado”.En cuanto a la caída del consumo de carne vacuna por parte de los argentinos, que según el informe de la CICCRA disminuyó un 3,6% interanual, Agustín asegura que “es una buena oportunidad para que las carnes alternativas, como la del cerdo, pollo y pescado, tengan un mayor desarrollo y consumo, lo que permitiría, además de tener una dieta más equilibrada, poder exportar más carne vacuna que, a su vez, se traducirá en un mayor ingreso de divisas para el país”.Como de toda crisis surgen nuevas oportunidades, a raíz de la depresión que sufrió la ganadería se favorecieron otras cadenas productivas como la porcina y la avícola, tanto que en Giles como en muchas otras ciudades han abierto carnicerías exclusivamente de carne de cerdo y de pollo, que fueron rápidamente incorporadas por la población.Los cortes vacunos más consumidos en el país son el asado y la milanesa en todas sus variantes. Sosa explica que esto se debe básicamente a “una cuestión tradicional de consumo que tenemos los argentinos”.Las irregularidades que se dan en algunos eslabones de la cadena de la carne generan una cierta distorsión en el precio final. Desde el Gobierno nacional aseguran que están definiendo algunas medidas para aportarle “transparencia” a la cadena cárnica y tener un precio acorde.“A mi criterio, según el escenario actual y las proyecciones de los especialistas, los precios de la carne no van a bajar, sino que se estabilizarán en estos niveles”, concluye el oriundo de Giles.Se espera entonces que el Gobierno y los distintos actores que intervienen en la cadena de ganados y carnes tomen cartas en el asunto y haya una construcción asociativa responsable, para que los argentinos puedan disfrutar de comer carne, lo cual constituye una costumbre muy arraigada en nuestra sociedad, y sea accesible para todos los habitantes.ALGUNOS DATOS ESTADÍSTICOS
Stock actual: 52,6 millones de cabezas.
Faena anual: 11.000.000 de cabezas.
En 2005 Argentina era el tercer exportador mundial. En 2016, está en el puesto 11°.
Hay 240.000 productores en el país.
El 65% de los productores tienen menos de 100 cabezas.