Lo que tendría que haber sido una fiesta, terminó en caras largas, acusaciones y un campeonato que nadie se animó a festejar. El Procar 4000 definía el título de la Clase B con Nelson Costanzo como principal candidato, sin embargo, una serie de arbitrariedades impidieron que el título de campeón se festeje en Giles.La historia es oscura por donde se la mire. Desde la decisión de cerrar el año en el Autódromo de La Plata -nunca lo hizo ahí el Procar cuando todo el año corrió en el Gálvez, incluso habían anunciado un final allí- hasta el evidente juego de equipo anunciado y alertado por todo el mundo, eso sí, menos por los que toman decisiones. Difícilmente se repita otro final tan antideportivo como el que se vio esta tarde.El lunes feriado comenzó todo en el Autódromo de La Plata. En la clasificación para la primera final, que reunió a 36 autos, fue Rebelo (Ford) el más rápido, seguido por Ronnie Caggiano (Ford) y su hermano Roque (Ford), que reapareció en el último fin de semana del año. Nelson Costanzo (Chevrolet) quedó quinto atrás de “Coco” Gómez (Fairlane).Los tiempos fueron similares para el ordenamiento de la segunda final, aunque el 1 – 2 fue para los Caggiano y el José C. Paz Racing; seguidos por Rebelo, Costanzo y Jugón. La primera parte del Gran Premio Coronación dejó bien posicionado al de Giles.Cuando marchaba todo sobre rieles llegó la tormenta. O mejor dicho, la llevaron. En la primera final Costanzo remontó del 15° lugar al 7° hasta que Ronnie Caggiano -el principal rival de Nelson por el título- lo tocó de atrás provocándole un trompo y retrasándolo a la 10° posición. Antes, Roque Caggiano, que venía 2°, sacó el pie del acelerador para juntar al pelotón de forma evidente. Complicando así el avance del de nuestra ciudad.Los Comisarios Deportivos decidieron colocar a Ronnie Caggiano detrás de Costanzo en el clasificador final. Primer error, ya que el de Giles venía para seguir avanzando (lo dicen los relojes) y se vio claramente perjudicado por el retador a la corona. La sanción era otra, como por ejemplo, la exclusión. Así el del José C. Paz Racing sumó puntos igual y Costanzo menos de los que podía lograr. La final fue ganada contundentemente por Rebelo.En la segunda final, a pesar de que todo el autódromo lo alertó, todo empeoró. Ronnie Caggiano se fue en la punta escoltado por su hermano Roque y Costanzo. Los dos que definían el título se encontraban en una final que tendría que haber sido una fiesta del automovilismo. Aunque claro, la categoría miró para otro lado.La carrera fue una película de terror para el automovilismo. Ronnie con contundencia se fue en la punta y se aseguró la carrera sin objeciones. Aunque atrás pasaron cosas. Roque frenó y aceleró cuantas veces pudo, Costanzo lo pasaba y Roque volvía a recuperar su posición. Una y otra vez pasó lo mismo, mostrando la contundencia de un auto que estaba más para ganar que para defender la segunda posición.Cuándo Costanzo se encaminaba al título, ya que con ser segundo o tercero alcanzaba, Roque con total superioridad pasó de cuarto a segundo en media vuelta. Pero eso no fue todo. En la última vuelta, ingresando al curvón principal, frena y saca a Costanzo a la parte sucia ingresando así en un trompo que terminó con sus aspiraciones a un título que ya estaba en el bolsillo. Era imposible que Costanzo no sea campeón sino lo tocaban.Ronnie llegó a la meta y se consagró. Una pena porque tenía potencial conductivo y mecánico para pelear por la corona sin ayuda de nadie. El segundo fue “Coco” Gómez, que luego fue excluido por técnica, y así Taddeo quedó como escolta y Rebelo tercero.El Comisario Deportivo excluyó a Roque Caggiano por maniobra peligrosa ante Costanzo. Es decir, el comisariado dijo en ambas finales que un integrante del José C. Paz Racing chocó a Nelson provocando sus despistes; más claros aun, sus principales retadores al campeonato lo chocaron dos veces perjudicándolo. Dos veces, en dos finales. Inédito.El suceso de hoy daña a la categoría y al automovilismo en general. Ganó la injusticia, ganó el no involucrarse, ganó el mirar para el otro lado. Más allá de que los papeles dicen una cosa para el Procar 4000 hay una mancha que va a ser difícil de borrar, mientras un auto pase por los boxes con el “1” (que lo podría tener por todo lo demostrado en el año) todos van a señalar a otro como el ganador de la temporada.Hoy nuestra ciudad tendría que estar recibiendo a un nuevo campeón. Eso no va a ocurrir, aunque para todos nosotros el “1” caminará por nuestras calles. Y tal vez, más que un trono de plástico, el mejor premio es el reconocimiento de todos y todas, que aunque entiendan o no del deporte, pueden identificar cuando un desenlace está sujeto a la ética y moral deportiva y cuando no.