Este fin de semana las redes sociales se llenaron de reacciones con una canción en particular. El músico Carmelo Marino homenajeó a dos figuras inolvidables de nuestra comunidad: Ricardo Héctor “Kalo” Gelves y Carlos Pedro Rivero. Dueños de dos de los bares más emblemáticos de nuestra ciudad y a quienes le debemos parte de la mística de la noche gilense.En los videos que se viralizaron por las redes, realizados junto a Malena Victorica (cámara) y Gustavo Morini (sonido y edición) Carmelo dio a conocer la canción que escribió para recordar tantos momentos vividos en sus bares. En diálogo con Infociudad, nos cuenta que el tema nació literalmente en sus sueños.“Un día estaba durmiendo la siesta y soñé con el viejo Kalo, que hablábamos en el bar, fue uno de esos sueños que parecen reales. Ese mismo día me puse a escribir, y como a los dos o tres días soñé con Carlos Rivero, ahí pensé esto es mas que una señal”.Carmelo también explica que la idea de realizar un homenaje siempre estuvo. “Hace mucho había hablado con mis amigos de recordar los lugares a los que tanto íbamos en la adolescencia, tanto el primer bar de Kalo, “El Surtidor”, en Rivadavia y Scully, como el de 9 de Julio, donde hoy es la Bulonera Lalo. La idea era hacer un evento artístico, que toquen bandas”.Una vez terminada la canción, Carmelo se la mostró a Gustavo Gelves y a Yanina Rivero, quienes hoy llevan adelante los bares que comenzaron sus padres. A los dos les gustó mucho y le permitieron continuar con su idea. “Averigüé el protocolo para hacer los videos, fui al municipio con un petitorio firmado, me autorizaron a ir con mi equipo y los hicimos el mismo día en cada bar”.Entre sus recuerdos de adolescencia, Carmelo destaca la predisposición que siempre tuvieron para darle una mano a los artistas locales. “Nos brindaban siempre la posibilidad de expresarnos, nos prestaban sus instalaciones, nos preguntaban que andábamos necesitando, fueron fundamentales en el inicio de un montón de músicos de nuestra ciudad”. Sobre Kalo Gelves se acuerda que siempre les prestaba su lugar. “Su hija Rosario siempre cantó folklore así que siempre había un escenario con una guitarra”. Carmelo sostiene que gracias a su colaboración desinteresada, muchas movidas artísticas fueron posibles.Su recuerdo hecho canción emociona porque son varias las generaciones de gilenses que guardan en su memoria charlas inolvidables y momentos hermosos en esos bares que aún hoy, gracias a sus hijos, siguen y seguirán escribiendo historias de risas, amores y desamores.