Por Sofía StupielloAnoche en la sesión del HCD se aprobaron dos ordenanzas que buscan erradicar la violencia de género en el ámbito municipal. Por un lado, se adhirió por unanimidad a la Ley Micaela, llamada así en homenaje a Micaela García quien fue violada y asesinada en 2017. Estableciendo la capacitación obligatoria en género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado. Por otro lado se aprobó, también por unanimidad, el Protocolo de Actuación para la Erradicación, Sanción y Capacitación en situaciones que impliquen violencia de género y/o discriminación por género u orientación sexual.La elaboración de este protocolo surge por la iniciativa del Bloque de Unidad Ciudadana después de los videos que se publicaron del ex Director de Prensa del Municipio, Hugo Scotti, agrediendo verbalmente a Luciana Perna, quien trabajó durante dos años en esa oficina. La víctima también hizo público un audio en el que se escucha al Secretario de Control de Gestión, Gastón Arina reconocer la situación de acoso laboral, pero le adelanta que desde el Municipio “no se van a meter”.¿Cuántas víctimas más habrá de este tipo de violencia, que no han tenido la valentía de registrar estas agresiones? Si hacemos un poco de memoria, no es la primera vez que el municipio estuvo en la mira por este tipo de maltratos denunciado por empleados, en su mayoría mujeres. En este sentido, el municipio ya cuenta con dos denuncias anteriores de maltrato laboral, que involucran al área de Cultura.Este hecho marca un precedente en la lucha feminista local. A pesar de que algunos concejales no lograban entender la urgencia de un protocolo con perspectiva de género, el proyecto fue aprobado por unanimidad. El bloque de Cambiemos y algunos concejales del Frente Renovador negaban la utilidad del protocolo escudándose tras el argumento de la “discriminación positiva” y se preguntaban por la situación del hombre en los casos de violencia. Finalmente, la existencia de la ordenanza 1008 resolvió estas dudas que tenían algunos concejales. La 1008 contempla la violencia en el ámbito laboral, y este nuevo protocolo la complementa, ya que ayuda a prevenir los casos de violencia hacia las trabajadoras municipales.Si no fuera por el caso de Luciana Perna, quien no solo denunció sino que también mostró pruebas contundentes sobre la violencia verbal que sufría dentro del municipio, este protocolo no hubiese existido. Esperemos que lo sancionado por los concejales sea aplicado por el ejecutivo, para garantizar un municipio más inclusivo y sin violencia para nadie.