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El coleccionista de los 10 mil juguetes

Flavio con una parte de su colección.
Muñecos, autitos, camiones, aviones, figuritas, son cosas comunes en la vida de Flavio Morelli (35), un docente de la ciudad de Merlo que se apasiona por el coleccionismo de juguetes. Su nombre es sinónimo de esta particular disciplina, donde los recuerdos de otra época, la pasión y el orden de las cosas conviven permanentemente.Flavio se presenta como un “fanático” por los juguetes desde muy pequeño, estudió artes visuales pero su hobby lo llevó a profesionalizarse en la materia realizando investigaciones y seminarios sobre la historia de las figuras. Aunque la llama por la colección de objetos se la reavivó su mamá, cuando en el 2006 le hizo un regalo revelador.Hoy Morelli tiene más de 10 mil objetos en su colección, conoce como pocos el camino de juguetes que hicieron historia en la Argentina y hoy descansan en manos de coleccionistas o de algún sentimental que no pudo desprenderse de una parte sagrada de su infancia. Para conocer más sobre esta aventura al pasado, Infociudad entrevistó al protagonista de este cuento: Flavio Morelli.Infociudad: ¿Cuándo te das cuenta que uno de tus hobbies es el coleccionismo?Flavio Morelli: Es algo que tuve de muy temprana edad, ya de muy chiquito pasaba muchas horas jugando, a un nivel que me daba cuenta que no era normal, no tengo recuerdo de mi infancia sin jugar. Es más, casi no estudiaba, llevaba los juguetes a la escuela y en los boletines siempre los llamados de atención decían que tenía que dejar los juguetes para el recreo. Al lado de mi colegio había una juguetería muy grande, que se llamaba “Don Beto”, la más grande de Merlo en ese momento, yo entraba a la escuela a las 8:00 de la mañana y a las 7:30 ya estaba en la vidriera mirando los juguetes nuevos que habían entrado.En el año 2010 gané una beca para estudiar arte, iba todos los sábados y mostraba mi obra hasta que un día al profesor le dije que me había quedado sin tema y que no tenía más que mostrar, entonces me preguntó qué era lo que a mí me gustaba y obvio salió lo de los juguetes. Recuerdo que el docente de muy buena manera me recomendó que me retire, que me dedique a lo que a mí me gustaba y que en eso sea el mejor. Me fui del mundo de arte, de lo que es ejecutar el dibujo, la pintura y la investigación, y me puse de lleno a todo lo relacionado con los juguetes.IC: En relación a esto último vimos en tu CV que hasta hiciste seminarios sobre los juguetes…FV: Si claro, en realidad en Argentina existe muy poca bibliografía e información sobre juguetes, existe algo de Matarazzo, que son unos juguetes de chapa litografiada, después hay un catálogo de Bubi y un diccionario de juguetes argentino donde cuenta todas las marcas que existieron. Entonces quise conocer a Daniela Pellegrinelli, quien escribió el diccionario y en la charla me contó que iba a dar un seminario de juguetes y de restauración de muñecas de porcelana, y no lo dudé. Me anoté.IC: ¿Tu colección comienza con un juguete en particular?FV: Todo surge a partir de un día sábado, en el que yo llego a mi casa de trabajar y mi mamá me recibe con una caja llena de muñecos que había comprado en una feria de barrio, ella encuentra y reconoce a todos los muñecos que yo usaba de chico, estaban impecables y a mí me encantaron, los mire toda la tarde y los busqué en internet para saber si se conseguían y cuál era el valor de cada uno, y empecé a coleccionar.Al siguiente fin de semana fui a Parque Centenario a comprar más muñecos, que es el cuna del coleccionismo en general. Desde ese momento hasta el día de hoy voy todos los sábados al parque, ya pasaron 13 años.  Arranqué con 20 piezas y hoy en día tengo 8.000 muñecos más unos 2.000 autitos y unos 400 álbumes de figuritas.IC: Además de las ferias ¿Existen otros sitios donde se puedan comprar juguetes para coleccionar?FV: Hoy en día la compra y venta de cualquier tipo de piezas ligada a los juguetes pasa obligatoriamente por internet y mucho por Facebook; hasta hace un tiempo era Mercado Libre, pero eso ya hoy no funciona más, por una cuestión de que te cobra el 13% de la venta del producto y además hay que darle explicaciones a la AFIP y demás.IC: Si hoy pasas por un kiosco de revistas podes apreciar que hay un montón de nuevas colecciones ¿Sirve para difundir la actividad?FM: Claramente sirve para difundir, pero obviamente hoy en día el bolsillo no aguanta. Yo estoy haciendo varias colecciones, porque realmente están muy buenas, pero muchas veces el bolsillo no lo tolera. Lo que sucede en contraposición con los productos más vintage, es que estas nuevas colecciones de los puestos de diarios, son fabricados en China y se venden en Argentina, pero tienen un valor de mercado muy parecido, uno lo compra a 400 pesos y lo puede vender a 450 o 500. Ahora si uno tiene el Falcon de Bubi, lo puede llegar a vender hasta 10.000 pesos, y la gente lo paga, en la cual me incluyo; hace un tiempo pague un autito 25.000 pesos, para el cual tuve que vender mi propio auto, el autito que compre se llama Buick caballero y es el primer modelo que fabrico la empresa Bubi, hoy todos los coleccionistas de autitos están atrás de estos.

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