Hay noticias que se leen en los diarios nacionales y otras que se sienten en el aire de la plaza. La visita de Franco Colapinto a San Andrés de Giles no es “la cobertura de un piloto de Fórmula 1 en una pequeña ciudad del interior”; es el reencuentro de un joven talento con nuestro pueblo. Para nosotros, no es solo el pibe que sale en Netflix o el que hace vibrar al ambiente tuerca; es el hijo de Aníbal y es ese chico que ya nos elegía para pasar los días cuando todavía “Colapinto” no era la palabra más buscada en Google.

De Colapinto nos infla el pecho su talento al volante —que es indiscutible— pero también su calidez de pueblo. Resulta casi surrealista, pero a la vez maravillosamente natural: uno de los 20 mejores pilotos del planeta, que hace días compartía el paddock más exclusivo del deporte en Mónaco, Abu Dabi o Singapur, hoy anda por acá, por la “25 de mayo”, haciendo “mandados” como decimos los de esta zona.

Franco vive la vida “en gilense”. Se entrena en el gimnasio local, sale a correr por nuestros polvorientos caminos rurales rodeado de ese paisaje pintoresco que tanto nos gusta, y hace las compras como cualquiera. La escena ya es parte del folclore local: charlar con el carnicero de Supermercado Romeo sobre la F1, sacarse una foto con los que se cruza o pasar por una Cindor después de transpirar la camiseta.

Y ahí está su magia: lo que para otro sería una carga, para él es un gesto natural. Franco se toma esos 20 o 30 minutos para saludar, para cumplir, para devolver un poquito de ese amor que recibe. No es una obligación contractual; es su esencia.

Giles también se convirtió, gracias a Franco y a su padre Aníbal, en el epicentro de una especie de “misa”. La Peña FC 43 es el grupo de amigos que transformó cada carrera en un asado sagrado. Son los que bancan la parada desde acá o los que arman las valijas para que Franco sienta el calor de su gente en cualquier circuito del mundo.

Esa peña y su “mística” logró que periodistas de renombre internacional, figuras del automovilismo e influencers pongan a San Andrés de Giles en el mapa. Nuestra ciudad es hoy un punto de encuentro para todos los que quieren “bancar” a Colapinto en su travesía por la categoría más importante del deporte motor. Y aunque nunca falta algún hater que critica desde el sillón o ahora desde la colchoneta inflable en la pileta, la realidad es una sola: Franco nos hace sentir importantes.

¿Quién no recibió estos días un mensaje de un pariente lejano preguntando si era verdad que Colapinto andaba por acá? ¿Quién no confirmó con orgullo que sí, que es posta que se lleva bárbaro con Maggi, el carnicero de lo Romeo?

Y como si fuera poco, Franco terminó de ganarse el corazón de todos con su delicadeza hacia los Bomberos Voluntarios. En un pueblo que valora a su cuerpo de bomberos, ver al piloto en un vídeo reconocer el esfuerzo de esos hombres y mujeres que se la pasan sofocando incendios rurales bajo el sol del verano, vale un podio. De hecho, ya nos ilusionamos con devolver esa gentileza, porqué no, paseando con un autobomba luego de una temporada que incluya puntos y buenas carreras.

Total soñar, no cuesta nada.

El pacto: cuidarlo

Ahora bien, como buenos gilenses, tenemos una misión. Franco en cierto modo nos elige para desconectar. Viene a Giles a bajar las revoluciones, a estar con los suyos y a cargar pilas antes de que los flashes y las exigencias de la elite mundial vuelvan a encenderse.

Es momento de disfrutar de su presencia, pero también de respetar sus tiempos y sus espacios. Dejar que corra tranquilo por el campo, que coma su asado en paz y que sienta que en Giles, además de admiradores, tiene un refugio.

Franco nos lleva con él, en esas menciones como la entrevista que le hicieron en el GP de México o alguna anécdota que cuenta al pasar, y acá tiene un pueblo que empuja en cada curva. Porque aunque ya sea un ciudadano del mundo, nosotros asumimos la responsabilidad de cuidarlo y hacer que Giles también sea su casa.

Alpine presentará su nuevo auto de Fórmula 1 para la temporada 2026, el A526, que pilotará Franco Colapinto y Pierre Gasly, el 23 de enero de 2026 en Barcelona, justo antes de los tests de pretemporada.