


En la madrugada del sábado un diluvio se desató sobre el AMBA y la zona. La caída de 100 milímetros de agua en apenas dos horas anegó calles y avenidas principales, con imágenes dramáticas de la Avenida General Paz inundada y vecinos con el agua hasta la cintura, que se vieron en todos los noticieros.
Mientras Capital Federal y el conurbano sufrían las consecuencias inmediatas del temporal, en el partido de San Andrés de Giles la situación presentaba dos caras bien distintas. En el centro de nuestra ciudad, el arroyo San Andrés se mantuvo controlado y no se registraron vecinos damnificados. Sin embargo, en la zona rural, la realidad fue completamente diferente.
Gladys, una vecina que vive en la zona de Azcuénaga, relató el drama que vivieron. El camino rural que conecta su casa con Giles amaneció completamente inundado el domingo, luego de que el arroyo se desbordara a la altura del Puente Roldan. La crecida les impidió llegar a San Andrés de Giles para ejercer su derecho al voto en las elecciones legislativas 2025, teniendo que cruzar la zona anegada a caballo.

La vecina explicó la raíz del problema, un problema de abandono que excede a la lluvia puntual: “Lo que sucede es lo mismo que con el camino, el puente que atraviesa el arroyo sufre de total abandono, falta de limpieza, mantenimiento. El puente tiene atravesado palos, ramas que trae el agua y queda estancado ahí desde marzo. Nosotros fuimos con tractor a intentar sacar pero no pudimos. Entonces ese atascamiento, mas la falta de cunetas hace que todo desborde y pase esto, aunque llueva menos que el sábado”.
Así, mientras el AMBA se recuperaba de un evento climático extremo pero transitorio, una familia del campo de San Andrés de Giles quedó aislada y privada de votar, víctima de una inundación que, según su testimonio, no fue causada sólo por la furia del cielo, sino por la falta de mantenimiento del municipio.