El Hospital Garrahan, centro pediátrico de referencia nacional en salud pública gratuita y de alta complejidad, enfrenta una crisis sin precedentes debido al desfinanciamiento del Gobierno nacional de Javier Milei. Ayer, jueves, una masiva marcha de médicos, trabajadores y pacientes copó el Obelisco con velas, guardapolvos blancos y reclamos por salarios dignos. Los manifestantes denunciaron vaciamiento y la falta de respuestas concretas ante el éxodo de profesionales: 236 renuncias en el último año y medio, según datos difundidos en el acto.
En este contexto, Infociudad dialogó con Carolina Mozzone, vecina de San Andrés de Giles y terapista ocupacional del servicio de Kinesiología del Garrahan, quien relató la situación desde adentro y detalló el impacto en la atención de niños con condiciones complejas.
Carolina es terapista ocupacional y trabaja de forma interdisciplinaria en los equipos médicos. Su trabajo abarca desde el seguimiento de neurodesarrollo en bebés de alto riesgo hasta la intervención temprana en casos de parálisis cerebral, evitando complicaciones secundarias. “Nuestro objetivo es que los niños no lleguen con tantas secuelas a edades más grandes”, explicó.
Sin embargo, el desmantelamiento de los equipos —clave en un hospital— avanza: “Se perdieron más de 200 profesionales. En la última semana hubo 12 renuncias más”, alertó. “Se desarman equipos que tardaron décadas en formarse”.
La causa es clara: salarios que no alcanzan. “Voy 32 horas semanales y cobré un millón de pesos. Es insostenible”, admitió con crudeza. Pese a ello, muchos resisten: “Uno se queda por los valores, porque el Garrahan es familia. Pero lo pensás más de una vez. Uno lo elige, yo lo elijo, pero no sé hasta cuando voy a poder elegirlo, porque el salario no esta acorde a la complejidad de las tareas, de los médicos y de la carga emocional que implica el trabajo, es urgente la ley de emergencia pediátrica. Hay mucha gente que se suma a la lucha, familias, pacientes, es triste porque el malestar se siente, vimos cambios muy grandes en la situación medica, estar luchando es agotador, pero es necesario para visibilizar todo lo que estamos atravesando como Hospital”
El fenómeno afecta también a las nuevas generaciones. “Antes se peleaban por las becas. Hoy en nuestro servicio no quieren anotarse“, lamentó.
Para Carolina, el hospital es todo : “Es investigación, es formación, es salvar vidas y acompañar a las familias”. Atiende a pacientes de todo el país con o sin obra social, y su complejidad lo vuelve único. “Si un niño tiene una condición grave, acá le encontrarán solución a toda costa”, destacó.
“El Hospital Garrahan es el centro pediátrico de referencia en salud pública y gratuita y es de alta complejidad. Es importante por la atención especializada, por la complejidad de patologías que uno encuentra ahí, por la formación y la jerarquización de los profesionales que también allí atienden, por el equipamiento que tienen los equipos y por los profesionales especializados. Además es un hospital escuela, o sea, es la parte fundamental de la formación”, explica.
Pero las consecuencias del desfinanciamiento empiezan a verse. “Los jóvenes profesionales dudan en venir. No son valorados ni económicamente ni en derechos laborales”, afirmó.
La terapista no ocultó su emoción al hablar del día a día dentro del Hospital como terapista ocupacional: “Es un trabajo interdisciplinar, es equipo. Los médicos nos incluyen en las decisiones”. El rol de cada profesional marca la diferencia: “Un granito de arena puede cambiarle la vida a una familia”.
El contacto con los pacientes y sus seres queridos es constante. “Te saludan en los pasillos, te cuentan sus novedades. Frenás, los escuchás, los abrazás”, relató. Ese trato humano, sumado a la excelencia técnica, define al Garrahan. Aunque con pesar aclara: “Está absolutamente en riesgo. Necesitamos que todos se sumen a esta lucha”.
La protesta en el Obelisco no fue solo un reclamo salarial. Fue un llamado a preservar un símbolo de la salud pública argentina. Las velas encendidas iluminaron, por una noche, la urgencia de un problema que el Gobierno nacional sigue sin solucionar.