El equipo del director Gustavo Fontán visitó esta semana nuestra ciudad para grabar escenas de su próxima película, luego de meses de planificación. El lunes por la mañana, los realizadores llegaron a la terminal de ómnibus y también filmaron en la colectora, continuando esta semana con rodajes en Solís.
Las escenas que se filmaron en Giles contaron con la participación del actor Luis Ziembrowski y el actor Marcelo Subiotto, reconocido por su reciente papel de Lucas en la exitosa serie El Eternauta de Netflix. Sin embargo, desde el área de Cultura municipal aclararon que no se trata de la segunda temporada de dicha ficción, sino de un nuevo proyecto cinematográfico llamado “Ramón Vásquez” del director Gustavo Fontán.
En una entrevista que realizó el director, definió a este proyecto como un acto de resistencia, luego del desfinanciamiento que atraviesa el INCAA durante el gobierno de Javier Milei. “Estamos rodando esta película que decidimos hacer a pesar de que es una locura hacer una película sin recursos. Es una ficción con un actor muy importante que se llama Marcelo Subioto (La Deuda, Puán, División Palermo). La estamos haciendo como si filmáramos un documental con un equipo muy pequeño, de cuatro personas. Es decir, como nadie cobra nada, no filmamos toda la película junta, sino que empezamos en agosto del año pasado y esperamos tenerla filmada en julio de este año. Será un año de rodaje más o menos, es lo que estimamos, estoy muy feliz con esto, ese es nuestro acto de resistencia”, explicó a la revista chilena Resumen.
Inicialmente, algunos medios locales habían especulado sobre la posible conexión con El Eternauta, pero las autoridades desmintieron esa información. Además, adelantaron que la película se presentará en el Centro de Cultura de San Andrés de Giles una vez que se estrene.
El equipo ya había visitado previamente la ciudad para reconocer locaciones durante una madrugada, demostrando el interés por captar el ambiente local para esta producción.
Sobre el proceso de rodaje y producción de esta película, Gustavo Fontán explica cómo tomó la decisión de afrontar esta película sin presupuesto:
“Tenía escrito un guión pensado para hacer en el sistema tradicional. Es decir, apelar a los fondos INCAA, que nunca eran muchos, pero permitían hacer una película. Ahora, el INCAA no ha sido cerrado, porque no lo pueden cerrar, sino que lo han dejado inoperante, no cumple la función que debería cumplir. Ante la situación terrible, me acuerdo que se acerca Diego Poleri (Felices los 6, Las Acacias, El Árbol) que es director de fotografía con el que trabajé e hice muchas películas y me dice “bueno, que esto nos agarre haciendo cosas, ofrezco mis equipos filmemos como filmábamos en los 90”.
Dudé un instante, dudé un tiempito y luego pensé en una reescritura que hicimos con Gloria de ese guión de Ramón Vázquez. Es hermoso porque vamos tres o cuatro, con un actor increíble y después se suman otros actores, pues también está Luis Ziembrowski (Los Villanos, Los Sonámbulos). Y lo vamos grabando en orden cronológico, porque es el viaje de un personaje y una o dos jornadas por mes. Entonces eso nos permite ir observando el material, ajustando. Ahora empezamos a editar y vamos editando lo que hemos filmado. Hay un sonidista que aporta sus cosas, el montajista aporta sus equipos, su trabajo, todos sabemos que el video se hace sin dinero, por lo tanto, nadie cobra“.
Durante la entrevista con el medio chileno en el que da detalles sobre esta película, asegura que es como hacer “cine de guerrilla”, en un momento que la ficción argentina atraviesa dificultades por el desfinanciamiento del INCAA.
“Es que la potencia de la película no es que se hace sin dinero, sino en la convicción e intimidad de quienes la hacen, en la potencia que surge de la intimidad de un grupo absolutamente convencido de ir a buscar algo detrás de eso, que nunca es la imitación del sistema industrial. Si uno quiere imitar, sin recursos, el sistema industrial se va a pérdida, no pérdida económica, sino que la potencia está en otro lado, entonces hay un grupo atento a encontrar la potencia en la intimidad del trabajo con el actor, en la elección cuidadosa de los lugares, lo que aportan los lugares, en los parroquianos de una parrilla, la elección de esos parroquianos que son personas reales, es decir, como todo eso real va alimentando la ficción“, sostiene el director de este proyecto audiovisual.