Hace algunas semanas, México fue sede del 6to Congreso Internacional de Arquitectura e Ingeniería Civil, un espacio donde jóvenes profesionales y expertos debatieron sobre los desafíos y las nuevas perspectivas del diseño y la construcción. Entre ellos, destacó la participación de Agustina Lacanette, una joven arquitecta de San Andrés de Giles, con una mirada sensible e innovadora sobre la profesión.

En una entrevista exclusiva con Infociudad, Agustina repasó su trayectoria, su experiencia en el congreso y su visión de una arquitectura que trasciende lo técnico para conectar con lo humano. Desde sus primeros pasos en el estudio Oficina Urbana hasta su actual enfoque en viviendas y espacios comerciales con alma, la arquitecta compartió cómo construye proyectos que integran identidad, bienestar y comunidad.

Infociudad: ¿Cuándo comenzaste a trabajar como arquitecta? ¿Cómo es tu trabajo actualmente?

Agustina Lacanette: Primero quiero agradecerles por proponerme esta nota. Ojala muchos puedan conocerme como arquitecta a partir de su llegada. Mi recorrido profesional comenzó en 2020, durante mi tercer año de carrera, cuando me incorporé a Oficina Urbana, el despacho de arquitectura y urbanismo dirigido por el arquitecto Roberto Converti, decano de mi facultad. Allí trabajé en proyectos vinculados al desarrollo urbano, donde el análisis de problemáticas sociales a través de la arquitectura era parte del trabajo cotidiano. Esa experiencia fue clave para construir una mirada integral sobre el impacto de nuestra profesión, y para comprender la importancia de proyectar ciudades desde una visión urbanística, sensible y comprometida con lo colectivo.

Al recibirme en 2022, decidí enfocarme en el diseño y la construcción de viviendas y locales comerciales, ámbito en el que me desempeño actualmente. Lo que más disfruto de esta etapa es acompañar procesos humanos a través de los espacios. Me apasiona entender la arquitectura no solo como un hecho técnico o funcional, sino como una herramienta profundamente vinculada a la identidad, el bienestar emocional y la vida de quienes la habitan.

Siempre sentí una conexión genuina con los espacios y con lo que nos despiertan. Hoy, mi trabajo como arquitecta está atravesado por esa búsqueda de sentido: crear hogares que reflejen la esencia de las personas, desde lo estético, sí, pero también desde lo simbólico, lo emocional, lo intangible. Creo profundamente que habitar no es simplemente ocupar un lugar, sino darle intención, alma y presencia.

En paralelo, y a partir de una charla TEDx sobre Arquitectura y Urbanismo que ofrecí pocos meses después de graduarme, comencé a compartir aún más mi visión profesional también en redes, especialmente en Instagram (@arqlacanette). Ese intercambio abrió un nuevo camino: el de la formación y el acompañamiento. Hoy colaboro con distintas marcas líderes del rubro, brindando charlas, capacitaciones y espacios de mentoría para jóvenes arquitectos, con el objetivo de brindarles herramientas valiosas para su desarrollo profesional en el contexto actual competitivo.

IC: ¿Cómo fue tu participación en el Congreso Internacional de Arquitectura e Ingeniería Civil?

AL: Mi participación en el Congreso Internacional representa una instancia de gran valor en mi trayectoria profesional. Es mi primer ponencia fuera del país. Fui convocada como expositora para dictar dos conferencias, ambas orientadas a promover una visión contemporánea y consciente del ejercicio arquitectónico, especialmente dirigida a estudiantes y jóvenes profesionales del rubro.

La primera charla, titulada “Arquitectura del alma y su impacto en el hogar”, propuso una aproximación sensible al diseño habitacional, explorando cómo los espacios que habitamos influyen en nuestros procesos emocionales y vitales. A partir de marcos teóricos como la fenomenología arquitectónica y la cognición extendida, desarrollé el concepto de “diseño con intención” y su impacto en la experiencia del habitar. La ponencia incluyó dinámicas participativas que invitaron a reflexionar sobre el vínculo entre arquitectura y bienestar, generando una conexión profunda con los asistentes que no esperaba que fuera tal.

La segunda conferencia se enfocó en un eje estratégico clave para las nuevas generaciones de arquitectos: “Convertí la pasión en tu marca personal”. En esta instancia, abordé herramientas concretas para el posicionamiento profesional, desde la construcción de una identidad coherente hasta la comunicación efectiva en entornos digitales.

Esta charla se identifica 100% con lo que me sucedió en mi recorrido profesional. Hoy crear con enfoque y visión una red social, crea puentes inimaginables con los proyectos que tengas en mente. Siempre y cuando tengas bien identificado el nicho al cual queres hablarle.

Tras una beca que recibí de la Universidad de Salamanca en España y DoinGlobal denominada “Professional Certificate: Consultor en Planes y Modelos de Negocios” mi visión sobre lo que realizaba día a día en redes se profesionalizó y muchos de esos conceptos son los trasladados a esta ponencia.

Ambas presentaciones fueron recibidas con gran interés y participación activa por parte del público. Esta experiencia confirmó la necesidad de integrar nuevas perspectivas al discurso arquitectónico: una arquitectura que no solo resuelva lo técnico, sino que dialogue con lo humano, lo simbólico y lo transformador. Hoy el rol del arquitecto requiere de una capacitación constante y poder mostrarles a los jóvenes profesionales las posibilidades del mundo de hoy, me llena de felicidad.

IC: ¿Cuáles fueron los temas que más se trabajaron en este congreso internacional? ¿Cuáles son los principales desafios hoy en el mundo de la arquitectura y el diseño?

AC: El Congreso abrió debates sumamente relevantes y transversales para el presente y futuro de nuestra disciplina. Se abordaron temáticas que van desde sostenibilidad y tecnología hasta inclusión social, salud mental y el rol del diseño en contextos de crisis climática.

La incorporación de la Inteligencia Artificial en los procesos arquitectónicos también ocupó un lugar destacado en las discusiones. En lo personal, considero que su implementación representa una oportunidad concreta para optimizar procesos de documentación, reducir riesgos y promover soluciones más eficientes y sostenibles.

En mi estudio, ya la estamos utilizando como herramienta de apoyo para tomar decisiones más informadas y minimizar pérdidas tanto materiales como ver las oportunidades diversas ante un lote y su desarrollo más conveniente.

Una de las frases que más predominó fue: “La Inteligencia Artificial no va a dejarte sin trabajo, pero quién sepa dominarla, sí” lo que están logrando los software de Arquitectura y Urbanismo es hermoso de ver. Tras esta charla, creamos un plan de acción en el estudio en conjunto con un software de China que estoy por probar en estos meses.

Otro eje que resonó fuertemente fue la necesidad de una arquitectura contextual, que dialogue con el entorno social, ambiental y político en el que se inscribe. En ese sentido, creo que estos debates son especialmente pertinentes para nuestra realidad local. San Andrés de Giles ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, y sin una planificación urbana estratégica y a largo plazo, surgen problemáticas estructurales que impactan directamente en la calidad de vida de quienes habitamos la ciudad.

La cuestión habitacional es una de ellas, y pone en evidencia la necesidad urgente de pensar qué ciudad queremos construir colectivamente. Para eso, es indispensable que el ejercicio profesional esté a la altura del desafío, y que la formación de arquitectos y técnicos contemple no solo el dominio técnico, sino también una fuerte conciencia social, ambiental y ética. Hoy no se le está poniendo atención y las consecuencias se vuelven más complicadas de resolver.

Uno de los grandes retos actuales es volver a vincular la arquitectura con la vida cotidiana: diseñar con responsabilidad, con visión de futuro, y también con sensibilidad y belleza. En un contexto global complejo, necesitamos proyectar espacios que sean verdaderamente habitables, sostenibles y capaces de generar bienestar.

IC: ¿Qué fue lo mejor que te llevaste de este congreso de estudiantes y jóvenes arquitectos?

AL: Sin dudas, la energía. Ver a más de 700 jóvenes arquitectos y estudiantes comprometidos, curiosos, con ganas de cambiar las cosas, fue profundamente inspirador. Compartir con ellos no solo fue dar, sino también recibir: sus preguntas, sus miradas, sus historias personales me recordaron por qué elegí esta profesión y me vi reflejada en esa pasión juvenil que está llena de ganas de ejercer la arquitectura.

Me llevo la certeza de que el futuro del diseño está en buenas manos, en manos sensibles, abiertas al cambio y con hambre de propósito. Me sentí en casa en México, rodeada de almas afines, y eso es lo más valioso que uno puede encontrar en estos encuentros.