El fin de semana un evento climatológico de gran escala afectó la región norte de la provincia de Buenos Aires. Las intensas lluvias causaron el colapso de ciudades, ríos y rutas; dejando como saldo una víctima fatal, tres personas desaparecidas y más de cuatro mil evacuados además de otros tantos que abandonaron sus casas por sus propios medios. Para entender la magnitud, la catástrofe natural que impactó en nuestra zona, solo se compara con lo acontecido en Bahía Blanca hace dos meses.
Todo comenzó cuando el viernes 16 de mayo, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) alertó a nuestra ciudad y otras de la región como Arrecifes, Salto, Carmen de Areco, General Rodríguez, Luján, Mercedes, Suipacha, Exaltación de la Cruz, Campana, Zárate, San Antonio de Areco, Baradero, San Pedro, Ramallo, San Nicolás, entre otras, con alerta roja.
La agencia climática nacional emitió su máxima advertencia durante casi todo el fin de semana, destacando la presencia de tormentas fuertes, eléctricas, vientos e intensas lluvias con posibilidad de caída de granizo. En la gran mayoría de las ciudades el pronóstico se cumplió, el fenómeno pasó por agua a vecinas y vecinos. En nuestra zona, Campana, San Antonio de Areco y Zárate fueron las ciudades más afectadas.
A raíz de esta dramática situación, El Gobierno Nacional desplegó a las fuerzas de seguridad equipadas con móviles, embarcaciones, micros, personal del equipo de búsqueda y rescate USAR ARG12, botes semirígidos, balzas, kayaks, gomones, camiones y personal para los distintos relevamientos. Incluído personal del ejército.
A su vez, el Gobierno Provincial llegó a cada ciudad con evacuados con la visita del propio gobernador Axel Kicillof. Desde el refuerzo con 216 efectivos policiales de todas las Superintendencias, 20 agentes de Defensa Civil y 99 bomberos voluntarios, 65 móviles terrestres, 26 medios acuáticos, un helicóptero, torres de iluminación, motobombas hasta grupos electrógenos; se trasladaron en pocas horas al lugar.
Además, la provincia formó una red integrada por organizaciones sociales, brigadas voluntarias y equipos técnicos, que colaboró con tareas de asistencia, rescate y acompañamiento en los territorios afectados. A la zona se enviaron camiones con colchones, frazadas, ropa, kit de limpieza, alimentos y pallets de agua.
Nuestra ciudad fue de las ciudades que menor impacto de la fuerte tormenta sufrió. Si bien la lluvia fue persistente, las estaciones climáticas digitales registraron la acumulación de 210 mm. promedio durante el fin de semana con un pico de 80 mm. Por ejemplo, en San Antonio de Areco la lluvia acumulada superó los 400 mm.
A su vez, Giles tiene ciertas características propias que la ponen en una mejor situación. Principalmente por que nuestro territorio tiene un afluente de agua menor que otras, donde se ven atravesadas por ríos de importante magnitud que están cerca del casco urbano.
Igualmente es apropiado destacar que la limpieza y el mantenimiento del arroyo realizado en 2023, en las zonas donde se encuentran algunos barrios, más la construcción de nuevos puentes que mejoraron la fluidez del agua, permitieron que el arroyo se mantenga en su cauce.
Según datos aportados por Miguel Gesualdi en sus redes “hubo algunas inconvenientes en localidades rurales” y solo una familia que necesito ser evacuada.
Si bien es imposible formular una respuesta objetiva sobre la situación sin un análisis técnico, si se puede analizar el comportamiento del Estado local. Por que si bien la tormenta no fue voraz en nuestro territorio, el nivel de alerta fue el mismo que en las que sí lo fue durante el fin de semana.
A raíz de esto, es necesario mencionar algunos puntos claves. El alerta rojo del SMN que recayó sobre Giles en la tarde del viernes recién fue comunicado con más de tres horas de demora a la población. Este nivel de emergencia obliga a los municipios a establecer instrucciones de emergencia a su población.
También es necesario destacar que la Comisión de Defensa Civil aprobada por la ordenanza N° 1.708 en 2013 no está funcionando. Esta norma permite la organización de la comunidad ante una emergencia, articulando el trabajo de la Municipalidad, el HCD y las diversas instituciones como Bomberos, Policía, entre otras.
Otro punto a tener en cuenta es que a pesar del alerta, la Municipalidad no evitó o emitió consideraciones para el funcionamiento de complejos deportivos, bares, etc. cuando el alerta todavía estaba vigente. De hecho, aquellos eventos que se suspendieron fueron por responsabilidad absoluta de los privados u organizaciones.
Por último, si bien las lluvias fueron contundentes deja en evidencia aquellas zonas donde el mantenimiento de cunetas y zanjeo es deficiente. Las localidades rurales y los barrios periféricos, fueron los más afectados con calles anegadas y acumulación o ingreso de agua durante varias horas.