El 24 de mayo de 2011 un joven gilense recibió la Primera Comunión y la Confirmación por parte del Cardenal Bergoglio, sin imaginar que esas manos serían dos años después la del nuevo Papa, el líder mundial de la Iglesia. La historia es la de Jonathan Pacheco.
El Cardenal Bergoglio llegó a la Capilla Padre Lorenzo Massa para oficiar la misa de las festividades de María Auxiliadora. Pero esa no fue su única misión, sino también celebrar la Primera Comunión y la Confirmación de los chicos del Fútbol Recreativo y Juvenil del Ciclón, el club de los amores del Papa Francisco.
Entre las jóvenes promesas del club asomaba Pacheco y Ángel Correa, quienes ya se proyectaban para ser integrantes del plantel profesional. Quien posteriormente fuera nombrado Sumo Pontífice, bajo una jornada que estuvo signada por una lluvia torrencial, bendijo a los jugadores.
“Estaba acostado y recibí un mensaje de mi hermano avisándome que Bergoglio era el nuevo Papa. Y eso que no sabía que él me había dado la Comunión”, le contó Pacheco a Olé dos años después cuándo Francisco llegó a Roma. “Cuando renunció Benedicto XVI, hablando con mi familia les había comentado que podía ser electo Bergoglio. Ellos me decían que no tenía chances. Nos sorprendió”, agregó Jonathan, quien hoy es parte del plantel de El Frontón.
“Tengo todas las fotos bien guardadas”, destacó Correa en aquella nota con Olé y agregó: “Esperemos que nos dé una ayudita, ja”.
Y Francisco no se olvidó de su San Lorenzo. Ese año salió campeón del torneo local y al año siguiente se coronó de la Copa Libertadores. Este último, el trofeo que le faltaba al quinto grande del fútbol argentino.