San Andrés de Giles tiene una rica historia de carnavales que han marcado la memoria de sus vecinos. Para reconstruir estos festejos, recurrimos al grupo de Facebook “Giles Retro”, donde la comunidad comparte recuerdos y fotos de las décadas del 60, 70 y 80. A través de estos registros, se han recopilado imágenes de vecinos disfrazados y carrozas que desfilaban por la calle Rivadavia, la arteria principal de la ciudad donde se realizaban los corsos.
A partir de 1978, el vecino Rolando “Chiche” Cristófaro documentó el evento con su cámara, mientras que muchas de las carrozas fueron creadas por Humberto González. En aquella época, era común que las promociones de alumnos que estaban por egresar participaran en los corsos para competir por premios en efectivo, que luego destinaban a sus viajes de egresados.
Los vecinos recuerdan con especial cariño los disfraces artesanales que confeccionaba Massaroni, admirados por su creatividad. Entre los testimonios rescatados en “Giles Retro”, Mario Ferraris evocó con entusiasmo aquellos tiempos: “Hermosas épocas de antaño, maravillosos días, tardes y noches viendo cómo los más grandes hacían estas hermosas carrozas. Acá trabajaban todos por igual. No solo don González Humberto, sino también Don Salvador Russo, Ítalo Ferraris, Don Marino y Don Bertolasi. Con la carroza ‘El Barco Pirata’ ganamos el primer premio. En esta foto estamos, de izquierda a derecha: primero quien escribe, Mario Ferraris; a mi lado, Salvador Russo tocando una mandolina; don González con su violín; mi hermano Ítalo Ferraris también con violín; le seguía Don Marino con la mandolina y Don Bertolasi con la guitarra”.
El carnaval fue introducido en Buenos Aires por los españoles como una celebración pagana de origen cristiano, vinculada a los días previos a “limpiar la carne” antes de la cuaresma. Dependiendo de la época y el sector social, el festejo tuvo diferentes expresiones. Durante la Colonia, los sectores populares participaban en bailes de máscaras en el teatro de La Ranchería, mientras que la elite lo hacía en la Casa de Comedias. También se realizaban juegos con agua en las calles, donde desde los balcones se arrojaban huevos rellenos de agua, baldes con lavanda para amigos y agua con sal para los enemigos.
En el siglo XX, la influencia de inmigrantes italianos y españoles transformó la festividad, introduciendo nuevos ritmos, danzas y vestimentas. Así, se produjo el pasaje de las comparsas de candombe a las murgas, que ganaron protagonismo en los corsos. Sin embargo, la dictadura cívico-militar de 1976 eliminó el carnaval del calendario oficial y prohibió sus manifestaciones públicas, invisibilizando la fiesta. Tras la vuelta a la democracia en 1983, el carnaval recobró fuerza en los barrios, y finalmente, en 2010, se restituyeron los feriados nacionales del lunes y martes de carnaval.
Hoy, tanto en Buenos Aires como en San Andrés de Giles, el carnaval sigue siendo una expresión de identidad y comunidad, donde la historia y la creatividad popular se entrelazan en cada desfile y en cada recuerdo compartido.