Cynthia Rimsky nació en Santiago de Chile. Se recibió de periodista e inició una carrera como escritora y académica que fue en pleno ascenso. Desde 2001 publicó más de 10 novelas, de las cuáles la mayoría fueron premiadas por diversos jurados. Su pluma cautiva.
Desde hace poco más de una década eligió vivir en Argentina. Si bien, se instaló en la Ciudad de Buenos Aires para vivir sus primeras aventuras rioplatenses, fue en la provincia de Buenos Aires donde encontró su lugar. Nosotros, los gilenses, unos afortunados: Rimsky se instaló en Azcuénaga.
En una de sus recorridas por poblados rurales, la escritora conoció el pueblo, la cautivó su Estación de tren y con la decisión de instalarse encontró una parcela nutrida de árboles y con una casa abandonada. “Era un sitio lleno de maleza, no se podía entrar, con una casa hecha pedazos. Pero en realidad era muy lindo porque tenía árboles. Empezamos a armar algo y ahí nos quedamos” contó la autora de Poste restante (2001) a Infobae.
Esa “casa hecha pedazos” renació con amor. Una huerta, un taller de carpintería de su pareja, y un estudio donde escribe y da cursos de escritura online; son parte del nuevo paisaje. A bordo de una humilde motocicleta, la autora recorre pueblos vecinos en busca de historias. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.
Clara y confusa (2024) es la última obra de nuestra vecina. Todavía no está en las librerías -recién estará el 27 de noviembre- pero ya es noticia. Esta semana fue ganadora en la 42° edición del Premio Herralde, el premio convocado por la editorial Anagrama concedió el primer lugar a la novela de Rimsky y a Los hechos de Key Biscayne de la catalana Xita Rubert.
El jurado del destacado premio seleccionó siete novelas entre las 1.149 presentadas, y destacó la “excentricidad de las novelas ganadoras en tanto se alejan de los cánones literarios”.
Cynthia, que también es docente en la carrera de Artes de la Escritura del Área Transdepartamental de Crítica de Artes “Oscar Traversa” de la Universidad Nacional de las Artes, recibió la noticia por mail. Mientras daba clases particulares en su casa, sin señal de teléfono, se enteró del importante logro.
Rodeada de naturaleza, compartiendo conocimientos y contemplando la calma de la ruralidad, la autora recibió una noticia que seguramente impulsará aun más su carrera. Pero sobre todo, dejando evidencia que nuestros pueblos siguen siendo fuente de creativas y talento.