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Deporte

La Copa de Natación de Invierno tuvo representación local

El triatleta Fabian Duca entrenó en el natatorio municipal para nadar en las aguas heladas del Calafate y se volvió con excelentes resultados.

El Calafate, uno de los destinos más emblemáticos de la Patagonia argentina, se convirtió en el escenario de la Winter Swimming World Cup 2024, un evento internacional que reúne a los mejores nadadores en aguas frías del mundo. Sorpresivamente esta edición contó con representación local: Fabián Duca, triatleta que vive en San Andrés de Giles desde 2019, se entrenó en el natatorio municipal, acompañado por Andrés Sanuci y obtuvo brillantes resultados: De las 6 carreas que compitió, se trajo 5 medallas de oro y una de plata. Una pasión por el deporte que disfruta en extremo y que lo llevó a nadar en aguas heladas sin traje de neoprene.

En un salto directo Fabían se sumerge en aguas de entre 2 y 3 grados. Se concentra mentalmente para olvidar lo que siente su cuerpo. Nadar en aguas frías requiere cuatro veces más de fuerza para alcanzar la misma velocidad. Se esfuerza. Sabe que está nadando con experimentados de todo el mundo en este tipo de competencias. Se motiva. El paisaje es hermoso, frente a ellos el Glaciar Perito Moreno en todo su esplendor. El cuerpo queda en segundo plano. Da lo mejor de sí y alcanza excelentes resultados, incluso inesperados para él mismo.

5 medallas de oro (50, 100, 200 y 500m libres + 25m pecho)
1 medalla de plata (25m libres)

Solo Patagonia SA, patrocinador principal de la competencia, hizo posible la realización del evento

Por cuestiones laborales conoció la competencia y aprovechó para participar. Sabía que existía pero no conocía los detalles de nadar en aguas frías. El año pasado fue la primera edición del Mundial de Natación de Invierno que se realizó en Argentina. Es una disciplina que se practica mucho en Europa pero no es tan conocida acá. Esa vez, fue para probar, se podía usar traje de neoprene y nadó 50 y 100 metros. “Ya que estaba ahí, me puse un traje y me tiré”, cuenta Fabián. “Ahí tuve mi primera experiencia, pero no fue para nada como la de ahora”.

Este año decidió volver a ser parte. “El mínimo de inscripción eran seis carreras, de un total de diez, con lo cual dije, bueno, me anoto en seis y veo qué pasa, básicamente, porque mi falta de práctica en aguas frías era una incertidumbre”, explica con naturalidad el deportista y admite que ni pensó en una medalla.

“De hecho, allá conocí y hablé con gente de Chile, Rusia, Dinamarca, Finlandia y gente que entrena por ahí en 5 grados, 8 grados, 2.500 metros, 3.000 metros, una cosa que para mí es imposible de realizar por el tema de que no tenemos acá un río frío y accesible, así que, bueno, en principio fui con poca ambición simplemente a ver si podía terminar algunas carreras y bueno, fue progresivo”, asegura.

Una vez en el agua, a ritmo firme, Fabián se dio cuenta que estaba a la altura de los demás competidores con experiencia. “El primer día de competición fueron 50 metros y 100 metros estilo libre. La de 50 metros la hice rápida porque es una instancia corta, ahí corrí contra un ruso y contra un argentino que nada muy fuerte también. Y ahí me di cuenta que estaba a la par de ellos. Porque el agua fría te exige cuatro veces más que en un nado común. Vos querés hacer un pique de 25 metros y para igualar la velocidad te cuesta cuatro veces más energía que en la pileta común,  o sea que tenés que hacer más fuerza básicamente para ir a la misma velocidad. Y bueno, no sé cómo, pero de alguna manera lo hice”, detalla.

Sobre ese momento, asegura que se concentró en darle velocidad a los ciclos y que su principal motivación era estar ahí, “muy contento de estar con todos esos competidores”. La carrera de 100 metros fue parecida a la de 50, pero al día siguiente compitió en 200 metros “con más respeto, porque es mucho”. “La primera parte fue despacio, por las dudas, y llegué bien, así que la segunda parte pude hacer mucha velocidad y no sentí lo típico que se siente en el agua fría, que es que a medida que pasa el tiempo perdes fuerza, como yo fui despacio al principio logré llegar con más fuerza al final”, explica.

La prudencia jugó un papel importante durante sus carreras más largas: “me noté en 500, es medio kilómetro y ahí también hice lo mismo, me recomendaron hacer la primera vuelta lenta, y cuando hice la primera vuelta dije estoy bien, empecé a nadar fuerte y ahí pasé a 2 nadadores que tenían adelante. En ese caso eran más chicos que yo, eran de la categoría de 30-40 años, y yo soy de 40 en adelante. Competir con chicos de 30-40, hasta a mí me sorprendió, porque yo creo que hasta podría haber salido, en ese caso, adelante que todos ellos, si no hubiese regulado, por precaución, por mi falta de experiencia, justamente”.

Sobre su entrenamiento, Fabian cuenta que comenzó a nadar de forma sistemática en 2022 cuando decidió dedicarse al triatlón, buscando ser atleta elite, pero  no profesional. “Yo me mudé a Giles en 2019. Con el triatlón empecé el primer año nadando cinco veces por día, hasta 5.000 metros. Y a eso se suman siempre sesiones de running por la mañana y después alternando con bicicleta hasta 140 kilómetros de bici. Lo cual eso, a mi criterio, generó una base, obviamente, porque no soy un especialista en agua fría. En Giles estoy yendo al natatorio. En principio simplemente martes y jueves a la mañana con las clases de Andrés, que logró optimizar el tiempo, porque entrenando poco tiempo mi performance se mantuvo siempre en los triatlones que corro”.

Respecto al natatorio municipal, Fabian destaca y agradece especialmente a Andrés Sanuci, quien en su gestión actual como Secretario de Deporte local logró que la pileta permanezca abierta los sábados y las vacaciones de invierno, lo que le permitió entrenar durante las semanas claves de junio.

“También tengo experiencia en aguas abiertas, que tiene sus mañas, porque ahí podés ponerte atrás de un nadador para cubrirte un poco, aprovechar el rebufo que deja el anterior y ahorrarse un poco de energía para después pasarlo al final, por ejemplo.  Eso está bueno porque después de tantos años de tría, donde pasa eso, lo pude aplicar acá”, comenta Fabián.

Sobre el gran desafío de nadar en aguas frías tan solo con malla, antiparras y gorra, asegura que “es una locura, porque de repente te llaman por serie, te sacás la campera y vas caminando por el Parque Nacional hacia el lago con dos grados bajo cero y no sentís nada. Es totalmente mental, es la adrenalina de que estás por largar”.

Feliz y sorprendido, Fabian se proyecta más competitivo para el año que viene. La tercera edición de la Copa de Natación de Invierno se confirmó en Argentina. “Es como una ola que te lleva y no podes frenar”, asegura. Ya fue invitado por la organización a participar en 2025 y adelanta que los desafíos continuarán: en algunos años ya sueña con cruzar el canal de Beagle, que consiste en nadar un kilómetro y medio con temperatura similar a la del agua argentina pero con olas fuertes. Gracias a la pasión de Fabian, San Andrés de Gilas continuará teniendo representación, porque la llama de su fuerza, calienta hasta las aguas más frías.

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