En los primeros cinco meses de este año, el consumo promedio por habitante de carne vacuna en el país fue de 44 kilos anualizados, un 15,9% menos que en el mismo período de 2023. A excepción del mismo período pero en 2020, se trata del volumen más bajo de los últimos 30 años.

A pesar de ser uno de los mayores productores del mundo, en lo que va de 2024, el consumo local cayó a su cifra más baja de los últimos 30 años, según cifras de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Los datos de marzo que publica Ciccra, indican que en lo que va del año “el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado casi 500.000 toneladas de res con hueso entre enero y marzo del corriente año y habría resultado 17,6% menor al registrado en el mismo trimestre del año pasado, marcando el registro más bajo de las últimas tres décadas”.

Esto significa que el consumo per cápita de carne vacuna en marzo sería de 42,6 kilos por año, con base en las cifras de marzo, agrega Ciccra.

“Nunca en Argentina se consumió tan poca carne vacuna”, asegura el presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, y agrega: “el primer motivo es la pérdida de poder adquisitivo del salario. En este primer trimestre la pérdida de poder adquisitivo fue del 10%”.

Schiariti explica que, por esta baja en el poder de compra real, también se pueden ver cambios en el consumo: “en este momento la carne de pollo o la carne de cerdo están sensiblemente más económicas que la carne vacuna, por eso la gente se vuelca a estas opciones”.

¿Cómo es la situación a nivel local?

El testimonio de un empresario del rubro porcino

La venta de carne de cerdo en San Andrés de Giles ha enfrentado fluctuaciones significativas debido a factores económicos recientes. En diciembre, con la devaluación de la moneda y una disminución en las ventas, los precios de la carne de cerdo aumentaron un 20% de manera preventiva. Sin embargo, este incremento fue seguido por otro aumento del 30% tras la devaluación, un ajuste que, según algunos testimonios, fue excesivo. Este aumento acumulado del 50% provocó una contracción en el mercado, con una caída del 30% en los precios y un descenso similar en las ventas. A pesar de estos desafíos, la celebración del Día del Padre parece haber estimulado un repunte en la demanda, especialmente porque el cerdo sigue siendo una opción más económica en comparación con la carne vacuna.

El testimonio de un productor local refleja la gravedad de la situación: “En diciembre, con la devaluación, se aumentaron los precios del cerdo en un 20% por precaución, y luego otro 30% tras la devaluación. Este aumento fue excesivo y provocó una caída en las ventas y en los precios, que no han vuelto a recuperarse completamente. La venta cayó entre un 20% y un 30% desde diciembre hasta junio, aunque esta última semana ha mostrado signos de recuperación gracias a la demanda por el Día del Padre y la carne vacuna más cara. A largo plazo, si se mantiene esta tendencia y se reduce el stock congelado, el precio del cerdo podría recuperarse”.

Históricamente, la caída en la venta de carne de cerdo en Argentina ha estado vinculada a la apertura de importaciones, particularmente desde Brasil, uno de los mayores productores de cerdo del mundo. El ingreso de carne de cerdo barata brasileña ha inundado repetidamente el mercado local, afectando a los productores argentinos. Sin embargo, en esta ocasión señala el productor, la caída no puede atribuirse a las importaciones, sino a factores internos como la recesión económica. Esta distinción es crucial para entender las dinámicas actuales del mercado y las dificultades que enfrentan los productores locales.