De la euforia a la tristeza en segundos. El domingo por la mañana, cientos de fanáticos gilenses del automovilismo vibraron con el rugir de las Cupecitas, ese TC que enamoró a un país cuándo recorría los polvorientos caminos rurales. Al rato, las sonrisas se reemplazaron por gestos de desolación. Un terrible accidente se llevaba la vida de un espectador.
Según se informó, en un camino de la localidad de Cucullú, un auto que poco tiempo antes había partido en busca de su primera vuelta, al circuito rural de 30 kilómetros, siguió de largo impactando contra el público que allí estaba. El fuerte siniestro se cobró la vida de Juan Agustin Grassi (33) mientras que Tomas Duffy (33) permanece internado con pronóstico reservado. Ambos amigos oriundos de la ciudad de Mercedes.
El GP de Cupecitas comenzó el sábado en Giles con la largada simbólica dirigida por el intendente interino Miguel Gesualdi. Desde las puertas del Palacio Municipal, los autos pasaron por el camino Hermanos Rienzi (nombrado en honor a los ex pilotos gilenses) para luego clasificar en el autódromo del predio del Auto Club de San Andrés de Giles ubicado en RN. 7 -al lado del basural-. Allí había presencia de bomberos voluntarios, ambulancia y zona delimitada para el público alambradas.
El domingo la historia fue otra. Los autos largaron desde Cucullú muy temprano con una intensa niebla y el humo típico de las hornallas de la zona. La visibilidad era notoriamente reducida. El público, que era muchísimo, se colocó en diferentes lugares del trazado, muchos de ellos muy cerca del camino o en vías de escape de forma imprudente. A pesar de esto, se largó igual y el desenlace fue el peor posible.
Un video que circuló viral, muestra al auto del accidente pasarse de largo. Un rebaje que indica la clara intención de frenar la máquina y un despiste con características mortales. La fiesta automovilística terminó de la peor manera posible. La tristeza fue total.
El auto implicado en el accidente. Foto: Esteban Aguilera.
Las preguntas luego de este final son muchas y serán seguramente tarea investigativa. ¿La organización tenía personal suficiente para controlar, por lo menos, las zonas más riesgosas? ¿Todos los espectadores tenían información sobre como colocarse en el camino? ¿Alcanza la difusión de alertas en una página de Facebook? ¿El municipio debió permitir una carrera en la zona rural sabiendo que iban a asistir cientos de vecinos con escasa información? ¿El Estado local controló que se cumplieran las normas de seguridad? ¿Estaban los vehículos en condiciones de recorrer esos caminos?
La Justicia investigará lo sucedido. El evento estaba organizado por la Asociación Cupecitas del Turismo Carretera, autorizado por COPAM -ente provincial que regula al deporte automovilístico- y el Municipio de San Andrés de Giles.