El viernes pasado al mediodía se desató una lluvia intensa que duró casi todo el día, alcanzando los 77 mm en 24 horas. Luego de la gran sequía que sufrió la región, la lluvia se sintió como un alivio. Sin embargo, ocasionó graves problemas en el Hospital San Andrés.

Durante la tormenta el nosocomio sufrió el ingreso de agua, más precisamente en el área de terapia. Al registrarse esta situación, las autoridades tuvieron que sacar rápidamente a los pacientes internados para resguardarlos. El deterioro edilicio se hizo notar y no soportó la lluvia.

Luego de este lamentable episodio, la municipalidad tuvo que arreglar el techo de urgencia y con apuro por el alerta del Servicio Meteorológico que anuncia importantes tormentas con ráfagas de viento.

De hecho, ayer el intendente interino Miguel Gesualdi publicó en sus redes sociales fotos de los trabajadores municipales reparando el sector. “Ante una contingencia que nos sucedió este fin de semana por las lluvias caídas, hemos reparado los techos en un sector del Hospital Municipal. Se desmanteló el techo existente, se cambiaron tirantes y clavadores y se colocaron nuevas chapas.”, detalló.

El Hospital sigue en el ojo de la tormenta. En el verano las críticas llegaron por los problemas de refrigeración y agua, además hay aparatología delicada en falta desde hace años como el caso del endoscopio.

Si bien se realizaron tareas de refacción en 2022 estas estuvieron lejos de ser soluciones concretas. Mientras se apunta a los vecinos por faltantes en piezas -que a ciencia cierta no se sabe cuántos hechos son ni qué registro hay de los mismos- el Hospital que fue orgullo de nuestra ciudad sigue mostrando las consecuencias de la falta de inversión y atención que necesita. Hoy parece no diferenciarse el problema real de las pequeñas cuestiones que no apuntan a proteger la salud de los vecinos.