Inseguridad en el cementerio
-
Sofía Stupiello
- junio 7, 2022



Esta vez no se salvaron ni los muertos. Hace tiempo que viene pasando. Varios vecinos de nuestra ciudad han visitado el Cementerio Norte y se han encontrado con un penoso escenario: flores por el piso, tumbas y bóvedas destruidas para robarse el bronce y venderlo más tarde en el mercado negro.
Muchos vecinos de San Andrés de Giles fueron víctimas de hurtos dentro de sus bóvedas familiares. Y se suman más y más. Se llevaron floreros de distintos tamaños hechos de bronce. También candelabros y un cristo grande del mismo material. Hasta una puerta de hierro sustrajeron de una bóveda para hacerse del metal.

Los ladrones entran al cementerio por las noches. Aprovechan el silencio, la quietud y la oscuridad para destrozar y robar tranquilos. Se deslizan entre las tumbas, los robabronces no usan armas, pero al parecer usan alguna que otra herramienta, actúan cuando nadie los ve. Este material se vende en las fundiciones o metaleras y se volvió una moda delictiva en auge durante la pandemia. En la crisis del 2001 también hubo un gran registro de este delito.
Otras Noticias ►

