El lunes al mediodía una búsqueda de paradero llegó a los medios gilenses: Carlos Castrillón, un vecino de 65 años, se ausentó de su domicilio y su familia no lo vio nunca más. Lo último que se supo de él fue que esa mañana del 20 de marzo se dirigió al Registro Automotor para transferirle una moto a su sobrina. Hoy se cumple una semana de su desaparición, sus familiares y la policía local continúan buscándolo.
¿Cómo continúa la investigación?
Al comenzar la investigación, la Policía local revisó las cámaras del Centro de Monitoreo y encontró allí la única pista hasta el momento: a Carlos se lo ve caminando solo y sin apuro por las calles 9 de Julio y Belgrano. El fin de semana un grupo especializado de la Policía Bonaerense llegó a nuestra ciudad con canes de búsqueda. También rastrillaron en cercanías al arroyo, pero no encontraron nada.
En diálogo con Infociudad, la policía local reveló que hoy estuvieron investigando un campo donde Castrillón trabajaba. Sin embargo, su paradero todavía sigue siendo una incógnita.

Detrás de su desaparición hay una triste historia. Hace mucho tiempo que Carlos sufre cáncer de esófago y se alimenta a través de sonda. Lamentablemente, a su enfermedad se le suma un cuadro de depresión, ya que en varias ocasiones el vecino manifestó su intención de quitarse la vida.
Juan Carlos Castrillón vestía campera negra, jeans oscuros, zapatillas gris el día de su desaparición. Su estatura es de 1.80 mts, es delgado, tiene el cabello corto, ojos verdes y usa lentes. No usa celular ni redes sociales. Tampoco usaba ningún vehículo al momento de desaparecer.