El fin de semana pasado nuestro país lamentó la muerte de una ciclista que fue atropellada en los Bosques de Palermo por un conductor que dio positivo al narcotest. Después de colisionar contra un grupo de personas, se bajó del auto y se fue. Ni siquiera atinó a asistir a las víctimas. A partir de esta tragedia, la Agencia Nacional de Seguridad Vial y organizaciones civiles piden crear la figura del “homicidio vial”.

Reclaman que se contemple en forma particular en los casos límites como el ocurrido el domingo pasado. Este hecho reavivó el debate sobre las penas que se aplican en casos de extrema gravedad, con conductores alcoholizados o bajo los efectos de drogas, que manejan a alta velocidad y que huyen sin siquiera auxiliar a las víctimas.

Lamentablemente en nuestra ciudad se dio un caso similar: en 2017 un conductor ebrio chocó y mató al joven Eduardo Crespín de 22 años que venía en moto por el acceso a Cucullú. Un año después familiares y vecinos marcharon en la Plaza San Martín pidiendo justicia. Mario Heiman, quien conducía alcoholizado, no tenía antecedentes y la condena había quedado en suspenso. En aquel momento, los abogados de la familia señalaron que seguía manejando a pesar de la sentencia que lo inhabilitaba para conducir por cinco años.

Hasta el momento no existe un figura específica para este tipo de casos que suelen quedar en una nebulosa legal entre el homicidio doloso y el culposo, con penas que en algunos casos no llegan a ser de cumplimiento efectivo. 

“Desde la Agencia presentamos un proyecto que está en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados. Busca crear la figura de ‘homicidio vial’ equiparada al homicidio simple, con una pena de 8 a 25 años. El culposo va de 3 a 6 y casi nunca es de cumplimiento efectivo”, dijo a Página 12 Pablo Martínez Carignano, director de la ANSV, sobre el proyecto de ley que impulsa la Agencia. “Hay una estadística que es muy clara: los siniestros viales son la principal causa de muerte de menores de 35 años en nuestro país”.