Harold Pineda aparece sonriente en cada una de las fotos que sube a sus redes sociales: tomando mate, caminando por nuestras calles, en la previa del partido Argentina-Brasil y festejando con vecinos luego de salir campeones. Su cuenta de instagram @elteacherviajero es un diario de viaje en el que día a día comparte su recorrido en bicicleta por Latinoamérica. Sí, llegó desde Honduras hasta San Andrés de Giles pedaleando en su querida “Jocoro”, como llama a su bici. Su viaje comenzó el 4 de mayo de 2019 en la frontera El Amatillo en El Salvador.
Hace una semana que está parando en nuestra ciudad, en la casa del vecino Fernando Olano, quien amablemente lo hospeda hasta que parta a su próximo destino. Con él y sus nuevos amigos gilenses ha visitado distintos lugares de nuestro pueblo, como el cementerio abandonado, el parque y la iglesia. También conoció a los integrantes de ADEA y anduvo paseando por Solís y paso por el cuartel de Bomberos. “Me llevo de maravilla con los pocos que he conocido y me voy infinitamente agradecido con todos y todas”, dijo sobre los vecinos de nuestra ciudad.
En la actualidad Harold combina su trabajo y su pasión por viajar. Da clases de inglés online a personas de cualquier parte del mundo mientras emprende su travesía. Por eso se llama el Teacher Viajero en todas sus redes sociales. “La pandemia me abrió una nueva manera de enseñar y ahora lo hago remotamente con alumnos privados y academias con las cuales trabajé en mi país”, explica.
Desde que está en Argentina ya recorrió casi toda la Patagonia desde Junín de los Andes hasta Ushuaia. Luego continuó por la provincia de Buenos Aires, pasando por Moreno, Lujan y llegando hasta nuestra ciudad. Después de recorrer las llanuras de la pampa bonaerense se dirige al Norte de nuestro país.
De ahora en más, cuenta Harold, su travesía “sigue más flexible, siempre en bicicleta pero de vez en cuando usando trenes y autobuses donde pueda llevar a ‘’Jocoro’’ conmigo, mi bicicleta, la cual me acompaña desde El Salvador”. Gracias a los tantos kilómetros que Jocoro y Harold recorren juntos, han cosechado muchos amigos y amigas a su paso. Por eso, de ahora en más, sabrán que pueden regresar por acá, que siempre habrá vecinos que los reciban.