La noche buena del 2020 no es una más. El tradicional y tan lindo festejo nos agarra complicados, ¿Quién se hubiera imaginado que en diciembre seguiríamos hablando de la pandemia en tiempo presente? ¡Ni el más pesimista de todos! Pero acá estamos, todavía de pie para dar de vuelta de página.Giles no es esa isla que algunos piensan, todo lo contrario, el covid-19 es una amenaza real. La navidad de los gilenses es con récord de contagios, familias aisladas y una preocupación real de las autoridades locales. Nuestra ciudad fue un caso testigo en estos días, acá se encendió una luz de alerta que ya se replica en todo el territorio bonaerense.Pero entre tantas pálidas, la esperanza irrumpió en el cielo argentino esta mañana. La vacuna “segura y eficaz para bajar la mortalidad y disminuir la transmisión”, como definió la autorización de la Anmat a la Sputnik V, llegó desde Moscú para dibujarnos una sonrisa en la cara, esa que nos hacía falta a todos.La vacuna no es una simple dosis, es la oportunidad de volver a abrazarnos, de sentirnos cerca, de soñar con un futuro mejor, de estar seguros en un mundo que mostró su fragilidad en una amenaza viral que pocos vieron venir. Por eso hoy, entre tanta mala, tenemos un buen motivo para celebrar.Esta navidad nos plantea el desafío de cuidar a los que más queremos. La misión es simple y veremos el resultado pronto: sí los gilenses seguimos los cuidados que exige esta pandemia, el reporte epidemiológico de cada día lo va a evidenciar. Aunque claro, la estadística en esa imagen es un número, pero en nuestros corazones son amores. No es joda.Saludemos por videollamadas, levantemos la copa en el patio y pidamos juntos con la mayor fuerza posible, por lo menos, un mismo deseo: salud. Por vos, por él, por ella, por todos y todas; que la navidad sea feliz. Hoy es nuestra responsabilidad.