La cantidad de personas que en las dos últimas semanas demandó la vacuna antigripal en las farmacias se triplicó con respecto del año pasado, de acuerdo con la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). El coronavirus convenció a muchos que no suelen aplicársela. Esto, sumando al adelantamiento de las campañas de vacunación y la poca previsión, generaron faltantes de dosis que dispararon quejas y reclamos por las redes sociales.San Andrés de Giles no estuvo exento a esta situación. Varios vecinos solicitaron la vacuna pero se quedaron en el intento. De hecho, las dosis duran un abrir y cerrar de ojos en las farmacias, mientras que el Estado local hace “malabares” con lo que llega desde la Región Sanitaria. Las vacunas, no alcanzan por ahora.Para comprender esta situación es necesario comenzar por el comienzo. Este año, debido al COVID-19 las campañas se adelantaron casi 15 días. Primer conflicto. Además se cambió el método: tanto PAMI como IOMA ya no administran vacunas en sus centrales, ahora llegan directo a las farmacias. El Municipio, por su parte, se encarga de atender con su stock a quienes no cuentan con cobertura.Cada año, en el sistema público del país se aplican entre 9 y 12 millones de dosis en la población de riesgo que atiende: personal de la salud, mayores de 65, embarazadas, chicos de entre 6 meses y 2 años, y personas de entre 2 y 64 años con condiciones crónicas (diabetes, cardiopatías, inmunosupresión y afecciones respiratorias, entre otras). Esta es la prioridad de la campaña.“Las vacunas no son ilimitadas, están determinadas por estadística de acuerdo por la población. La vacuna que nos dan es para aquellos que no tienen cobertura, lo que nos piden y nos recalcan, es que las personas con obra social traten de gestionarla por allí para que nadie se quede sin vacuna” contó el Dr. Diego Schiaffino, secretario de Salud, a Infociudad.El médico destacó que “todos los años sobran las vacunas, de hecho, el año pasado sobraron entre 200 y 300 dosis”, sin embargo, la pandemia cambió la ecuación “este es un año donde todos se quieren vacunar, sobre todo personas de entre 2 y 65 años que no tienen factor de riesgo y acuden al sistema de salud público a buscar la vacuna”.La Municipalidad estipuló su propio cronograma de vacunación en tres lugares específicos: el CAPS de los barrios Villa Manchi y Familia Propietaria, y el Hospital San Andrés. Los lunes, miércoles y viernes se destina a los menores de 26 años; mientras que martes y jueves es el turno de los mayores. Aquellos que consigan la vacuna en las farmacias pueden presentarse a que se la apliquen en esos sitios.Según pudo averiguar Infociudad, la Provincia de Buenos Aires envía lotes de 300 vacunas por intermedio de la Región Sanitaria. El último llegó hace 10 días. De ese total una parte se reserva para las personas que están consideradas dentro de los grupos de riesgo.Fito Gallo, responsable de PAMI en nuestra ciudad, contó que el organismo organizó los días de entrega de vacunas según la terminación de los documentos de identidad. “Nosotros ya recibimos dos lotes de vacunas, alrededor de 800 dosis, y ahora estamos a la espera de una tercera entrega que nos va a permitir completar a la mayoría de los afiliados” explicó a infociudad.El flamante jefe de la sede local, llevó tranquilidad a los afiliados destacando que “nadie se va a quedar sin su vacuna” y pidió a los adultos mayores “llamar a las farmacias para consultar stock” antes de ir a las mismas. “Nuestro objetivo principal, además de que todos tengan su vacuna, es que los abuelos no estén en la calle” concluyó.Desde PAMI central explicaron que “el Ministerio de Salud de la Nación adquirió nuevos lotes de vacunas que ya se distribuyeron para atender la alta demanda” y aclararon que “el pedido de compra de dosis de vacunas antigripales se realiza con un año de anticipación, en este caso, durante la gestión del gobierno anterior”.IOMA es uno de los organismos del Estado que ha mostrado un alto nivel de compromiso con la cuestión. En los últimos días, sus trabajadores en compañía de una enfermera, visitaron domicilios para aplicarle la dosis a sus afiliados. Giles hizo punta llevándolo a cabo durante una intensa jornada.“Se implementó la vacunación a domicilio que está destinada a afiliados mayores de 65 años que no se pueden acercar a una farmacia. Estos se anotan, se le otorga un turno y nosotros vamos a su domicilio” explicó el jefe de la sede local, Pablo Lucca. “Todo el personal de IOMA está abocado a este tema” destacó.Lucca contó que mantener a los abuelos en sus casas es una de “las prioridades” del organismo y que las personas que están entre los 2 y 65 años, pero presentan patologías de riesgo, pueden solicitar la vacuna en la farmacia, aunque “deberán presentar una receta e historia clínica”.Si bien el eje del problema es la alta demanda que afecta hasta las prepagas privadas, también la falta de previsión jugó su partido. Farmacéuticos contaron a Infociudad que las vacunas se agotan rápido y que si un afiliado no encuentra stock el día que tiene otorgado debe esperar una nueva fecha. Generalmente casi 30 días. Algo que en Giles pasó en reiteradas oportunidades.