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Escucha Activa, un proyecto único en Latinoamérica que ingenió un gilense

En el centro, Martín Campissi.
Una sala, tres profesores y 25 bateristas. El concepto es auténtico y claro, suena bien. Escucha Activa es un proyecto que nació en uno de esos clásicos encuentros de un grupo de bateristas que se juntaban a despuntar el vicio. La idea tomó forma y hoy es un seminario único en Latinoamérica.El músico gilense Martín Campissi es uno de los fundadores de esta iniciativa que no deja de sorprender al ambiente baterista. Pensar el arte en comunidad, ampliar las redes y poner el eje en la formación, fueron tal vez algunas de las ideas fuerza de este grupo que se animó a llevar el boceto a la realidad.Hoy, este seminario, es realizado por bateristas de toda la Argentina. De Norte a Sur, de Este a Oeste. Nadie se lo quiere perder. Escucha Activa golpea fuerte en el ambiente. De hecho, las marcas importantes y los bateros más reconocidos, no esconden su asombro ante la idea.Para conocer los detalles de Escucha Activa, Infociudad habló con Martín Campissi. El vecino describió el proyecto desde su comienzo, habló de sus sensaciones y de cómo se vive la experiencia desde adentro. ¡Pasen y golpeen!Infociudad (IC): ¿Cómo nace el proyecto Escucha Activa?Martín Campissi (MC): Surge por la necesidad de les bateristes de juntarnos a estudiar, a tocar, compartir material. La comunidad baterista es muy unida, nos conocemos todos. Y la idea era esa, unirse, de hecho con gente que eran influencias mías. Un día dijimos “hay que hacer algo”, nos pasaba que cinco bateristas nos encerrábamos en una sala y pasábamos seis horas tocando. Nos dimos cuenta que nos gusta mucho estudiar, enseñar y nos preguntamos que queríamos hacer con eso, y ahí surgió la idea del seminario.Es una propuesta única en Latinoamérica. Son cuatro clases intensivas donde participa un baterista invitado reconocido. Todas las jornadas se encaran todas desde un aspecto diferente; la técnica, el lenguaje y la aplicación a la batería, por ejemplo.IC: ¿Cuál fue la recepción del proyectoMC: La primera vez fue la gran prueba, porque nosotros sabíamos lo que queríamos pero teníamos que ver como salía. Era algo que no se había hecho nunca. Fue una apuesta grande, la gente no sabía con lo que se iba a encontrar.La recepción fue buenísima, mucho mejor de lo que nosotros pensábamos. Tal es así que el primer seminario era para 15 y terminaron anotándose 20 bateristas, estuvo bien. Ahora tenemos un cupo de 25, con la novedad de que cada uno solo tiene que traer los palillos, nosotros ponemos a disposición una estación de trabajo personal. Esta la batería muda, el asiento, el modulo; llegas y tenes todo para tocar.IC: ¿Qué pasa en el post-seminario?MC: Tratamos de buscar que quede este concepto de “juntarnos a hacer cosas” que es ni más ni menos que armar una pequeña red baterística. Los chicos que fueron al primer seminario terminaron juntándose para grabar un disco de Carajo en un estudio. Hicieron un tema cada uno y lo armaron. Está buenísimo que pase eso, cuando nos enteramos dijimos: “sirvió”.IC: Y en el ambiente batero… ¿Cómo impactó?MC: Nos pasó algo que me da mucho orgullo. En el último seminario vino un baterista que para mí fue uno de mis referentes, Jorge Araujo, que recuerdo haberlo visto en Divididos en los 90. Claramente, yo quería ser como él. Cuando lo llame para invitarlo, él ya sabía del seminario y cuando entra al aula vio lo que armamos y no lo podía creer. Lo primero que nos dijo es que esto se tenía que mostrar porque solo se hacía acá en Argentina. Empezamos a recibir ese feedback de bateros muy conocidos y otros que son fanáticos como nosotros. Fue una grata sorpresa.IC: Desde la óptica de un profesor ¿Qué se ve mientras corre la clase?MC: Es hermoso. Ves las caras de los chicos y ahí te das cuenta que se está cumpliendo el objetivo. Además se genera esta cosa de estar par a par con el batero, no es que llega para dar su clínica y se va. Se comparte un desayuno, un almuerzo y una merienda, eso ayuda. Se está con gente reconocida y marcas internacionales que auspician el seminario. A mí me hubiera encantado tener un lugar así cuando arranqué a tocar.IC: ¿Hay mujeres bateristas en estos seminarios?MC: Hay cada vez más y es muy lindo que pase eso. Lo bueno es que los prejuicios son cada vez menos, en definitiva es lo que tiene que pasar. Hay un montón de bandas de mujeres y de bateristas. Está buenísimo, la cosa se está igualando como debe ser.IC: Después de la experiencia que nos contaste muchos más se van a querer sumar ¿Cómo pueden hacer para contactarse?MC: Lo que hacemos es contactarnos por las redes, tenemos una página de Instagram y Facebook. Generalmente el seminario se organiza el primer domingo de cada mes por cuatro meses. Es una clase mensual de 7 u 8 horas intensivas. Hay break para comer, recorrer los stands de los auspiciantes y probar sus instrumentos. Esta viniendo gente de todo el país por suerte.Es hermosa la experiencia, porque nos conocemos y generamos vínculos. Es una manera diferente de estudiar. Otra de las cosas que están buenas es que hacemos un seguimiento en las redes, generamos un grupo y vamos haciendo prácticas con correcciones. Intercambiamos opiniones con los alumnos y eso está bueno. Tenemos transmisiones en vivo para que los alumnos pregunten.

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