Por Felipe Sosa
Juan Lencina, popularmente conocido como “Mosky” en nuestra ciudad, es un vecino gilense que estudia actuación en Capital. Actualmente protagoniza la obra semanal “Gorila”, de la directora Mariana Cumbi Bostinza. En su visita a Feria Americana, habló de sus comienzos y de sus sueños como actor, de lo que significa la obra para él y sobre la posibilidad de traerla a Giles. IC: Estás en una obra súper instalada como “Gorila”, ¿hubo preparación teatral?Juan Lencina (JL): Sí, obviamente hubo preparación. Muchas veces acá en el pueblo tenemos personajes, pero llevarlo a escena cuesta. He escuchado por ejemplo que Nicolás Cabré era muy personaje y una vez que entró a la carrera dejó de serlo para poner toda esa energía a lo que se dedicaba.Cuando me fui a estudiar a Buenos Aires me fui para estudiar Veterinaria; mi familia tiene campo y tenía el trabajo asegurado. Pero siempre tuve esa chispa en cuanto a la actuación y en Giles no tenía esa oportunidad. Te soy sincero, una noche me puse dos carteles en el techo de mi pieza y puse “Veterinaria” y “Teatro”, para ver qué hacía. Me acostaba y pensaba qué hago. Arranqué los dos carteles. Y obviamente, entre estudiar anatomía y estudiar actuación que era mucho más llevadero, una carrera mucho más social, colectiva, elegí esta última.
IC: ¿Y dónde estudiaste?JL: Al principio arranqué en un centro cultural en Caballito, que por esas cosas de la vida mi profesor era psicólogo también, y eso me ayudó un montón, porque no solamente te daba clases sino que también fue uno de los puntapié para soltarme, para largarme. Yo venía con esta carga de no ir a ensayar porque al otro día rendía. No era un profesor alejado como en la facultad de veterinaria, que no hay contacto, sos un número más. Y bueno de a poquito me fui tirando, estuve haciendo 4 años con ese profesor, me llevo a dar clases con él a La Matanza, en lugares bastante heavy y ahí me di cuenta que eso era lo que quería, el ayudar, el dar clases, porque no solo me gustaría ser actor, sino también ser profesor, tratar de compartir esa energía.Ahora estoy haciendo el ingreso al IUNA (Instituto Universitario Nacional de las Artes), es mucho más difícil. Lo quise hacer en un principio, pero me di cuenta que no me quería frustrar. Entonces ahora, con un poquito más de preparación, estamos metidísimos.
IC: ¿Cómo fueron tus actividades en tus inicios y en qué obras participabas?JL: En el centro cultural había una bajada de línea, ahí hice dos obras por año, o sea a una mitad de año se hacía una muestra, si iba bien se podía sacar afuera y seguir haciéndola en distintos centros culturales, lo que pasa que al ser obras con autores había que pagar.A los dos años, con mi profesor, abrimos un espacio más que era elenco. La idea salió entre los dos, después obviamente lo hizo porque ya tenía el título. Con el elenco formamos un grupo de gente con más experiencia e hicimos una obra escrita por nosotros que se llamaba “Cómplices del silencio”, una obra fuertísima porque ahí empezamos a vivir un poco más lo que era el empaparse de lleno, porque cuando vos agarras una obra que te la dan y la lees, te metes en el personaje pero no sabes por lo que paso el autor cuando la escribió. Esta obra hablaba mucho de la violencia de género, el tema de la trata de mujeres. Eran tres actos diferentes. Yo me tuve que entrevistar con la madre de Marita Verón, ir a casas de mujeres que habían sido abusadas, contar todas esas experiencias y tratar de llevarlas en la piel eran fuertísimas. Nosotros hicimos cinco veces la obra y yo cada vez que terminaba la obra lloraba, pero desconsoladamente, porque muchas de las madres nos acompañaban. Era un tema muy fuerte. Pero bueno después se fue desvaneciendo la cosa por la falta de energía del grupo, éramos 12 en escena, entonces era complicado ensayar, coordinar los horarios, cada uno tenía su trabajo, su estudio y se hizo difícil. Esos fueron los inicios actorales míos.Después me encontré con nuestro vecino, Agustín Adesso, que es escenógrafo. El por problemas familiares tuvo que viajar y me preguntó si me animaba a quedar en escenografía, yo le dije que de escenografía no sé nada, pero como arreglo de todo me dijo que vaya. Ahí de a poquito empecé a escarbar en lo que es esta obra “Gorila”.La obra va de un pasado a presente continuo. Entonces la escenografía se va moviendo continuamente, es una locura. Se mueve todo el tiempo todo. La gente que está en esta obra es gente de renombre, que está hace 15 años en el ambiente. Yo no iba a llegar y a decir “yo hago teatro, quiero actuar”. Obviamente que quería ser protagonista, no estar atrás. De a poquito me aprendí la letra de todos, de los cinco actores, y me dije, “algún día va a faltar alguien”. Y fue así, en un ensayo faltó uno de los actores y yo empecé a tirar letra, y me dijeron que me quede ahí. Después me dijeron que tenía muy buena memoria y fue cuando les dije que yo estudiaba actuación. De a poquito se fue dando.Gracias a Dios me tocó entrar en esa situación, de poder explotar, porque muchas veces la gente que ya está un poquito arriba te pisa la cabeza, y con esta productora no pasó. Pero también encontramos la vuelta. Muchas veces vos te olvidas de algo en escena, y los gorilas son los que están cubriendo errores, entonces los actores se sienten protegidos y tranquilos a que si pasa algo entra el gorila y lo soluciona. Son dos los gorilas y yo soy uno de ellos.
IC: El término gorila suena a un concepto muy político, pero la obra es presentada como un thriller psicológico, ¿cómo es que se unen estos dos conceptos?JL: La directora es muy reconocida por esto. También tiene una obra que se llama “Menea para mí”, que hace cuatro años que está en cartelera. Juega mucho con eso, te tira un palo y al mismo tiempo te lo salpica con un poquito de humor, después te tira drama. Nos ha pasado que hoy en día está todo muy jodido, el tema del teatro está complicado, es más difícil vender entradas y más en Capital que hay mucha oferta.El otro día fueron cinco personas a ver la obra, entonces dijimos porque no va uno de nosotros a sentarse en el publico cosa de que se ría, a veces pasa que si no se ríe uno no se ríe nadie. “Gorila” es una obra que cuenta las diferencias sociales que hay, esa cosa de prejuzgar, entonces muchas veces hay cosas que te dan risa pero también está eso de que te juzguen a vos por reírte. Ya nos había pasado que habían ido pocas personas y no se rio nadie en toda la obra. Lo que busca ella es hacer una bajada de línea. Política hay en todos lados.
- ¿A vos qué enseñanza te deja la obra?
JL: La obra se trata de dos conventillos, dos PH, a donde se mudan dos familias, una muy humilde y otra de clase media que no se bancan a los obreros, por así decirlo. Entonces está esa cosa de no ir a pedirle algo “porque seguro me van a robar, son negros”. Y en Capital te cruzas chicos durmiendo en la calle a cada cuadra. Me cambió la forma de ver estas cosas, que en realidad ya me lo había cambiado el hecho de vivir en Capital, cosas que en Giles no lo ves. Con esta obra se terminó de reafirmar eso y de involucrarse más. Ser un poco el otro, de pasar por la piel del otro, eso es algo increíble. Pasas por un papel y después pensas que vos estabas juzgando a ese flaco que estas representando.
IC: ¿Hay proyectos para que “Gorila” venga a Giles?JL: Se habló un par de veces, hay que ver un par de cuestiones políticas. Pero la idea es explotar el teatro que tenemos acá, que es una cosa increíble, y mi idea cuando me reciba sería explotar un poco más esto. En Capital está la escuela, tiene teatro. Y acá en Giles no hay.Yo una vez presenté un proyecto para traer obras acá, y la realidad es que capaz que traer a “Gorila” de repente puede ser medio fuerte. Por ahí hay que empezar con algo de comedia, que es lo que nos dicen en la facultad, cuando no sabes con qué publico te vas a encontrar hay que empezar con algo de eso, que vos sabes que los chistes venden. Antes todos los domingos se iba al teatro, hoy en días los chicos no van. Por eso el plan que yo presenté era para ir a las escuelas, que es el semillero. Hay que mostrar lo que es el teatro.
¿Dónde y cuándo ver “Gorila”?Todos los domingos, a las 18 hs. en el Teatro Abasto Social Club (Yatay 666). Reservas por Alternativa Teatral: http://www.alternativateatral.com/obra44002-gorila