En Feria Americana, el programa de Infociudad en Fm Vall, nos comunicamos con Fernando Cabaleiro, reconocido abogado ambientalista, impulsor de la ONG Naturaleza de Derechos y expositor en la primer audiencia pública de nuestra ciudad sobre el uso de agroquimicos. Durante la entrevista Fernando explicó el porqué de la elección de San Andrés de Giles como sede del 8vo Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados.Feria Americana: ¿Por qué resulta necesaria una ordenanza que regule el uso de agroquímicos?Fernando Cabaleiro: Hay que regular la actividad, el agronegocio ha impuesto una forma de producir que implica el uso de millones de litros de agrotoxicos que al principio no eran tantos pero hubo un aumento exponencial en los últimos 20 años, estamos hablando de venenos, no de fitosanitarios como le llaman. Es una actividad que se ha demostrado el impacto negativo que tiene no solamente en la salud de la población sino también en el ambiente y en la pluridiversidad. Los beneficios que menciona el agronegocio no son tal. Estamos hablando de una actividad que pasó de usar de 40 millones de agrotoxicos en los 90´a los más de 400 que hoy se están utilizando, eso ha indicado un beneficio exclusivo para las grandes empresas, porque el aumento de agrotóxicos implica también un aumento en los insumos agropecuarios. Si embargo, ese beneficio no ha tenido un correlato con el aumento de la rentabilidad de la producción, como dice el agronegocio que ha ocurrido Cuando ves los números en realidad eso no es así.Hay que sumar todas las externalidades que se ven claramente, como el aumento de la tasa de cáncer, de enfermedades crónicas no trasmisibles que se verifican cuando se hacen los campamentos sanitarios. Este modelo está en crisis, no lo decimos solamente nosotros que lo venimos denunciando desde hace años, sino que ya forma parte de los informes de muchos organismos internacionales, eso ya está corroborado, lo que falta es que el estado empiece a actuar de forma enérgica para avanzar en un cambio de modelo de producción.FA: ¿Cual es el marco legal en el que los abogados ambientalistas se apoyan para realizar su trabajo en Argentina?FC: El marco legal nos los da la Constitución Nacional, donde menciona justamente que estas actividades tienen que satisfacer las necesidades actuales pero sin comprometer los recursos y necesidades de las futuras generaciones, cuando nosotros ponemos sobre ese tamiz a este modelo, no lo supera. La praxis judicial de los últimos diez años muestra claramente que cuando se ha ido a la Justicia para ponerle un límite al agronegocio, la justicia ha dado respuesta. Podemos hacer un racconto de más de 20 decisiones judiciales que han puesto un límite a este modo de producir. Se trata de una construcción jurídica que muchas veces no ha encontrado un aval en ordenanzas, sino que justamente son decisiones que han fijado límites desde la Justicia, que es un punto importante porque en muchos casos los vecinos han logrado una respuesta del poder judicial cuando el poder político mira para otro lado. Para sintetizar lo que sí se puede decir es que este modelo de agronegocio no cumple ni satisface lo que es el paradigma medioambiental que nos propone la Constitución Nacional.FA: Fuiste uno de los que propuso que el encuentro nacional de pueblos fumigados se realice en nuestra ciudad, ¿por qué?FC: En el Encuentro de Pueblos Fumigados participan varias organizaciones, cuando estaba el tema de la audiencia pública se trató con varios referentes de la provincia de Buenos Aires y se les propuso a los chicos y chicas del colectivo Ambiente Saludable que tomaran la posta ya que el debate sobre el tema de los agrotoxicos en San Andrés de Giles está candente y muy presente. Además son un colectivo muy fuerte que está trabajando mucho. A parte se suma el tema del 1° Encuentro de Agroecología, eso le da también otro elemento importante a este evento ya que en los últimos dos Encuentros de Pueblos Fumigados, el de Los Toldos en 2014 y el último en Trenquelauquen se conformó lo que se llama la Comisión de Agroecología, es decir, desde el mismo grito y reclamo de las asambleas de las provincias de Buenos Aires por el “paren de fumigar” surge el grito del cambio de modelo, que es la agroecología. Está bueno que desde el mismo seno del reclamo que condena el agronegocio surja la propuesta del cambio.FA: En los últimos días se difundió la noticia de la intención del gobierno de establecer mismos límites para las fumigaciones a nivel nacional. El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, emitirá una resolución que habilita a los productores a fumigar apenas a una cuadra de distancia de viviendas habitadas. ¿Bajo qué criterio cree que se toman estas medidas?FC: La idea es avanzar en un dictado de resoluciones que emanan desde el poder nacional para disciplinar a todos los municipios y dictar normas que estén en consonancia con los intereses de las grandes empresas del agronegocio. Obviamente que estas medidas serían inconstitucionales porque los municipios tienen autonomía para dictar ordenanzas que surjan de la discusión de sus concejales y del debate local.El ministro Bergman está trabajando en forma coordinada con el Ministerio de Agroindustria para evaluar estas pautas que en su momento se fijaron por un documento que armó el Ministerio de Agricultura en el 2012 con las empresas. Son pautas que desde los espacios que venimos condenando el agronegocio ya hemos cuestionado fuertemente, inclusive desde la Justicia. En los últimos casos judiciales donde hemos pedido restricciones o prohibiciones de fumigaciones aéreas y terrestres, muchas veces los productores que son demandados nos han dado como pruebas estas pautas pero no las han podido hacer valer porque son productos de un acuerdo entre el estado y las empresas y no tiene ningún basamento científico. La intención de ahora del Ministerio de Ambiente es plantear que esas pautas son la solución, lo vamos a salir a cuestionar porque sabemos que no lo es, hay que cambiar el modelo. Es condenable que este Ministerio salga a hablar de la defensa del ambiente invocando esas pautas que son absolutamente ilógicas.