Por Sofia Stupiello.
A punto de resolverse la ordenanza que regulará el uso de agroquímicos en nuestra ciudad, se encuentran dos posiciones diferenciadas. Por un lado están los productores rurales, que pueden verse afectados económicamente si se aprueba una legislación que límite sus fumigaciones. En este sentido, los intelectuales afines a este sector consideran que este proyecto de ordenanza es restrictivo y apelan a la falta de evidencia científica.Por otro lado, un grupo de vecinos afectados por las fumigaciones exigen una normativa que restrinja el uso de agrotóxicos para proteger su salud. Durante la audiencia pública realizada en abril fueron varios los ciudadanos que relataron sus experiencias y diversos especialistas señalaron que no son suficientes las pruebas de laboratorio que confirman la inocuidad de estos productos ya que en situaciones controladas no se tienen en cuenta las variaciones del viento y la ausencia de barreras naturales de la geografía local.En la última sesión del HCD se resolvió, a partir de un exhorto de la agrupación Ambiente Saludable, sancionar la ordenanza 2020 cuyo objetivo es relevar el nivel de contaminación en la localidad. De esta manera, se realizará un estudio de impacto ambiental que dará cuenta del estado de salud de los vecinos. Cabe destacar que nunca se hizo en nuestra ciudad un relevamiento de este tipo.Donde sí se realizó fue en San Antonio de Aréco. Allí, el municipio gestionó la visita de Damián Verzeñassi, titular de la cátedra de Salud Socioambiental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario. El docente investigador, junto a sus alumnos lleva adelante campamentos sanitarios, método que le permite establecer relaciones entre la salud de los pobladores y el contexto en el que viven. Ya llevan realizadas 30 experiencias a lo largo de nuestro país.El campamento que se realizó en la vecina localidad, arrojó resultados preocupantes. Verzeñassi señaló que el relevamiento confirma “un perfil epidemiológico” con una tasa de cáncer superior a la media nacional y asociado a una mayor exposición a agroquímicos.“En San Antonio de Areco se repitió lo que ya detectamos en la mayoría de los campamentos: el hipotiroidismo aparece como la segunda enfermedad. Es el 4 por ciento de la población que manifestó tener problemas de salud. Y sube a 6.8% de quienes toman medicamentos para la tiroides. Falta realizar el análisis estadístico más fino pero se repiten los perfiles epidemiológicos y no nos llama la atención”, adelantó en declaraciones a Rosario3.com“La hipertensión arterial es la primera enfermedad. La segunda en el promedio de Argentina es la diabetes, pero acá (San Antonio de Areco) y en la mayoría de las localidades relevadas es el hipotiroidismo, y tercero la diabetes”, añadió el investigador.Para el docente de la UNR el trabajo realizado en esta zona de la provincia representó “un salto” para la investigación en varios sentidos. Por un lado cuantitativo ya que nunca habían trabajado sobre una localidad con más de 10 mil habitantes (Areco tiene 26 mil). Por otro lado permite una comparación con pueblos del sur de Santa Fe, donde la tasa de cáncer también es mayor al promedio nacional y una de las principales causas de muerte.San Antonio de Areco prohíbe la fumigación aéreaLa semana pasada el Honorable Concejo Delibertante de San Antonio de Areco aprobó la prohibición de las fumigaciones aéreas en todo el partido. A partir de la modificación impulsada por los concejales del FPV, se pasó de un límite de 2000 metros desde la zona urbana a la prohibición total.Mariano Pinedo, Presidente del bloque del FPV, explicó que fueron muy influyentes los resultados del reciente campamento sanitario, los cuales señalan un preocupante crecimiento de enfermedades oncológicas y respiratorias. “Ello nos llevó a instalar nuevamente esta preocupación y decidir la definitiva prohibición”, dijo en los medios.La vecina localidad cuenta con el antecedente normativo de una ordenanza aprobada en 2009 que obliga a las plantas de silos del casco urbano a reubicarse en zonas más alejadas. En mayo del año que viene vence el plazo de su relocalización. Ya se logró el traslado de una planta entera.