Graciela León, escritora e historiadora de nuestra ciudad, charló con Infociudad sobre los orígenes de San Alberto. Contrariamente a lo que dijeron los medios nacionales, este lugar no está olvidado ni perdido, sino que es parte  de la historia de San Andrés de Giles.Según Graciela, el inicio de San Alberto se remonta a la primera década del siglo XX, “cuando la familia Espil donó  terrenos al Municipio de San Andrés de Giles para formar Villa San Alberto. Al igual que Villa Espil se planeaba que San Alberto fuera un lugar habitado alguna vez. “Aunque no se le pueda dar el nombre de pueblo, tiene las bases para serlo, porque allí se hizo la escuela, el almacén de ramos generales y un oratorio”, explica la historiadora y destaca que siempre existieron vecinos que “a pesar de vivir en los tambos y campos de la zona se acercaban mucho ahí”.Sin embargo, Graciela aclara desde un principio que existe un vacío en la documentación del lugar. “No se sabe dónde está la documentación de la donación, pero es posible que se encuentre en la oficina de Geodesia de La Plata, donde están los planos de todos los distritos, campos, estancias y chacras de la Provincia de Buenos Aires”, explica.La historiadora local se pregunta quién era el responsable de construir el pueblo que aparece en los planos de sus inicios. “No se puede levantar de la nada, se donaron los terrenos para que se conforme un pueblo, pero hay que lotearlo”, continua cuestionando, “¿quién era el encargado de vender esas parcelas que debían transformarse en una pequeña población?”.A partir de la nota publicada en Clarín sobre el actual dueño de los terrenos en San Alberto, Graciela explica su hipótesis acerca de la venta de estos terrenos que en algún momento fueron municipales. “Es indudable que al paso de los años haya alguna clausula en esa donación que establezca un plazo para la construcción de esa villa, es decir, si no estaba construida en el transcurso de ciertos años, la propiedad volvía a sus herederos naturales”. Resume: “Si alguien lo compró es porque alguien se lo vendió, no es que compró un pueblo, sino que compró una extensión de tierra que estaba destinada a serlo”.La escritora destaca la importancia de la escuela N° 23 de San Alberto. “La escuela es el centro, el eje de una población, y más de una rural, porque es donde la gente se aglutina”. Recuerda que al estudiar la vida de Jorge Alfredo Maciel, se acercó al establecimiento educativo, ya que allí había terminado la primaria el héroe de Malvinas de nuestro pueblo. “Nélida, su mamá, vivía en el campo de enfrente”.Durante sus años de investigación, Graciela se entrevistó con  Elsa Ines Bulliod de Mascardi, dueña del almacén de ramos generales del lugar  durante los años de escuela de Jorge Maciel. La abuela del reconocido cantante Ignacio Mascardi se estableció en San Alberto en 1947 y alrededor del 1968 conoció al joven Maciel que visitaba su negocio cuando iba a clases.A pesar del olvido del que hablaron los medios nacionales, Graciela León asegura que el lugar tiene historia. “En San Alberto en si no había casitas, pero hay que pensar que las familias del campo tuvieron un sentimiento de pertenencia”.  Explica que sentirse parte de un lugar, va  más allá de los planos oficiales. “El pueblo no fue creciendo por distintas razones, pero la gente de los tambos se sentía parte de San Alberto porque mandaba a sus hijos a la escuela, asistía a las fiestas de la institución, y rezaba en el oratorio”Graciela afirma que “ faltó la fundación de parte de las autoridades de la época” y se aventura a asegurar que la falta de interés en su progreso “haya sucedido por cuestiones de colores políticos”. Sin embargo sostiene, como la mayoría de los gilenses, que “San Alberto es San Alberto” y allí hay un pedazo de historia de nuestra localidad.