La vendimia argentina del 2016 fue la peor en 56 años debido a las contingencias climáticas que afectaron a una gran cantidad de hectáreas con viñedos. Como consecuencia de la baja cosecha pasada, el país cayó cuatro escalones este año como productor mundial de vino, del tradicional 5º puesto al 9º, según un ranking elaborado la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).  A nivel global, la producción se redujo un 5%.De esta manera, fue superada no sólo por Italia, Francia, España y Estados Unidos, países que históricamente producen más que la Argentina, sino también por Australia, China, Chile y Sudáfrica, que suelen ubicarse por debajo.La cosecha fue de 8,8 millones de hectolitros (hl.), un 35% menor a la de 2015, año que con 13,4 millones ya estaba por debajo de los niveles habituales, de poco más de 15 millones. En quintales de uva, la producción promedia 26,6 millones, pero este año fue de apenas 19,8 millones.De todos modos, no habría escasez de vino. En principio, porque la Argentina venía de años de abundante stock, que ayudan a compensar la baja producción. Pero también porque caen un 8,25% el consumo local, por la pérdida de poder adquisitivo, y un 5,3% las exportaciones hasta agosto, según los últimos datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).