Compartir una charla con un piloto de eximio nivel es una aventura que solo los amantes del automovilismo lo podemos comprender. Comparable para aquel que delira con el fútbol de primera y tiene un rato con un jugador de selección. En este caso estoy entrevistando a un vecino, pero a la vez a uno de los pocos que se animó a soñar en grande para llegar a la categoría que cualquier piloto del país quisiera estar.Sería una locura afirmar que Mathías Nolesi se subió a un auto de competición casi de casualidad. Aunque la estadística lo pueda convalidar. La realidad es que entre fierros se crio, su papá el “Pelado” fue una gloria del legendario TC del Oeste. La pasión por el deporte motor está en el ADN. El refrán de que algunos nacen con la pelota debajo de la suela con Nolesi lo tenemos que reformular, este tiene la suela para acelerar.En 1996 Mathías despuntaba el vicio arriba de un ciclomotor ya con algún que otro título en su haber. Pero una propuesta de Juan Carlos Lanzone y Sergio el “Turco” Sambro aceleró los tiempos: en un par de días se corría el Gran Premio de TC Regional exclusivo para debutantes y no ganadores, al hijo del “Pelado” lo querían en el volante. Finalmente a bordo del Ford bautizado como la “Lechuga mecánica” debutó y como si fuera poco ganó. Al año siguiente sin pensarlo comenzó la apuesta fuerte, aunque su primer auto lo fue a buscar a una vecina ciudad con algunos detalles de chapa. Lo habían volcado.En el añorado Regional celebró en el 2000 al consagrarse campeón en la GTA. Nadie lo había logrado antes. Pero el sueño recién comenzaba. La alianza con la familia Lanzone estaba dando sus primeros frutos, los resultados empujaron al equipo al Turismo 4000 argentino. En la categoría de índole nacional no se achicó, ganó el título en el 2002. Luego llegó el turno del TC Pista donde se quedó con el subcampeonato y en el 2004 la hora de la “Máxima” del automovilismo. Pasaron los años y casi 200 carreras, Nolesi es uno de los pocos deportistas de elite de San Andrés de Giles. Un profesional que se convirtió en marca registrada de la ciudad cuando de fierros se trata.IC: ¿Cómo fue llegar al TC?MN: Primero no lo podía creer, no caía. El primer equipo que tuve fue con Avila, estaba con Ledesma y con Cingolani que me ayudó muchísimo, me ponía a punto el auto y me daba concejos permanentemente. Al año siguiente le compramos un auto al “Pejerrey” Belloso, con Sandro Crespi como chasista, era tan blando el auto que bajo el agua volaba.IC: En tres años pasaste de una categoría regional a la “Máxima” del país. Además de tus cualidades ¿Cuál fue la clave para lograrlo? MN: El orden. El “Mono” Lanzone (Juan Carlos) con los números es muy preciso, su prolijidad facilitó mucho las cosas, hoy en día necesitas un gran equipo sino te caes a pedazos. Nosotros lo hacemos a la vieja escuela, hace 20 días que no me subo al auto y los pilotos de ahora están en el deportologo, en el gimnasio. A mí me gustaba estar adentro del taller, metiendo mano. Pero fue cambiando todo, para poder correr estoy todo el día en la calle trabajando con los sponsors y asistiendo a quienes preparan el auto.IC: En aquella década del 90 había un gran auge por el automovilismo con muchos pilotos, pero sólo pudiste llegar vos ¿Pensás que ese buen momento fierrero y tu ciudad te ayudó para dar el salto?MN: En un pueblo se vive distinto. A mí me ayudó ser de Giles, sólo no hubiese llegado, estábamos todos locos cuando empezamos. Le dedicábamos mucho tiempo al auto. En su momento íbamos 50 en el semi desde el miércoles a las carreras. Ahora eso no se puede hacer porque existen otros compromisos. Nosotros no podíamos comprar una butaca en un equipo, era más tipo “peña” algo que hoy es impensado. El TC cambió.IC: Vos decís que perteneces a la vieja escuela ¿Sentís una desventaja con los nuevos?MN: Hoy en día son muy rápidos para clasificar, a mi es lo que más me cuesta. Pero en carrera se empareja todo, yo no me cansó arriba del auto aunque si es verdad que podría estar mejor. Pero no es una desventaja que tenemos los de la vieja escuela. Somos competitivos.IC: LLevás más de 10 años en el TC ¿Te dejó amistades? MN: Si obviamente, aunque yo no soy muy dado, a mí no me gusta mucho el caretaje. No me saludo con todos pero nos respetamos. Particularmente me trato mucho con “Juampi” Gianini, con los Bonelli, Trucco, “Josito” Di Palma, Jalaf con los sencillos me llevo con todos. Fabián Acuña (ex piloto, hoy motorista) es un referente que siempre viene al box nuestro a tomar mates y yo voy al de él. Cuando necesito algo es el primero que aparece.IC: En estos días vemos a muchos pilotos hablar del presupuesto sin importar su nivel de competitividad ¿Es un tema que a vos también te preocupa?MN: Ahora tenés que ir carrera por carrea, no hay una planificación que se pueda cumplir más allá que todos arrancamos un año con expectativas. Tenemos fechas donde se junta todo el presupuesto y otras que no, antes proyectábamos a futuro. No escapamos a la situación del país, si se cae un sponsor nos complica. Hay 10 pilotos top que tienen otras facilidades, después el resto estamos juntando el presupuesto, organizando el viaje y renegando con el auto todos los días de la semana.IC: ¿Por qué no bajan los costos?MN: Es imposible. Es mínimo lo que se logró reducir, aunque se intentó. Es la categoría número uno, está todo muy sobrevaluado. Hay elementos que se podrían hacer en el país y van a rendir de la misma forma, pero siempre tenes el equipo que va y compra lo importado.Este año fue el primero que pudimos juntarnos todos para discutir estas cosas. La mayoría estamos complicados, a la categoría no le sirve hacer carreras con 10 autos, te pasan por arriba. Hay más compañerismo pero a la larga cada uno termina tirando agua para su molino. Pasó siempre.IC: ¿Hay Mathías Nolesi en el TC para rato?MN: La idea es seguir. Lo analizamos todos los días con el “Mono” y mi entorno. Está muy difícil. Nos gusta hacer pasos cortitos pero firmes, no nos vamos a tirar a la pileta si no tiene agua. Esta complicada la situación. Si nos bajamos es para seguir ligados a los autos de carrera. Estamos haciendo todo lo posible, yo no me veo abajo del auto. A mí me gusta correr. El TC cambió mucho, pero igualmente vamos a seguir dando batalla.